madrid. Un total de 14 participantes (y no los 22 que inicialmente se habían inscrito) se presentaron en el escenario de Chueca dispuestos a cruzar el tramo que va desde la calle de San Marcos a la de Gravina, dejándose los dedos y los tobillos en el intento, si era necesario en una carrera marcada por el calzado: los tacones. Los había rojos, dorados, amarillos, morados, negros, de lunares... Modelo sandalia, o de salón... Los tacones se incrustaron ayer con fuerza contra el empedrado de la calle de Pelayo en la tradicional carrera del Orgullo Gay. Foto: efe