vitoria. En el ambulatorio del Casco Viejo de Vitoria, barrio en el que reside la mayor parte de la población inmigrante de la ciudad, la implantación del servicio de interpretación ha sido acogida con los brazos abiertos. Los profesionales que trabajan en este centro de salud habían constatado graves problemas de comunicación con al menos uno de cada cinco pacientes de origen extranjero, que son el 35% de los que acuden a él.
Desde hace un mes el centro cuenta con un equipo de intérpretes con el que conectan a través del teléfono cada vez que se persona en la consulta alguien con problemas para hablar castellano. "A través de este mismo servicio también podemos atender a los que nos llaman desde casa", asegura la doctora María Jesús Ibar.
El proceso hasta que se establece la conexión con el traductor dura unos minutos, lo que puede generar retrasos en las consultas, pero no tantos como los que ocasionaba las dificultades del idioma. "Además, nos quedaba una sensación muy incómoda de que el paciente se marchaba sin entender bien qué le ocurría y no podemos olvidar que estamos hablando de un problema de salud", explica Ibar.
Hasta ahora, cualquier método era válido con el fin de hacerse entender. Médicos y pacientes recurrían a los dibujos, hasta a la mímica, y en muchas ocasiones debían ir acompañados a la consulta de algún familiar, amigo o vecino capaz de manejarse en castellano, lo que podía ocasionar ciertos problemas. "Hay mujeres que tenían que venir con su marido, y claro, hay cosas que igual prefieren ocultar ante él", asegura la doctora de este centro de salud. Por ello, entre las ventajas de este sistema de teletraducción está la que hace referencia a la protección de datos del paciente. También se han detectado algunos contras como la falta de cobertura. "A veces falla el teléfono", apunta Ibar.
La doctora explica que entre los que más recurren a este servicio en el Casco Viejo están los paquistaníes, los chinos y los árabes.