Las infecciones del tracto urinario se manifiestan con síntomas como necesidad de ir a orinar con frecuencia, dolor o ardor al hacerlo, sangre en la orina, molestias en la parte baja del vientre o en la zona lumbar, malestar general y, en ocasiones, fiebre.
Suelen tratarse con antibióticos, aunque el 25% de mujeres que ha tenido uno de estos cuadros, lo padece de nuevo dos o tres veces al año e incluso más.
Esta repetición puede estar relacionada con uno de estos factores:
Hormonas
La vejiga es homonodependiente y la variación de los niveles de estrógenos a lo largo del ciclo o durante el embarazo o la menopausia puede alterar el pH de la misma y aumentar la posibilidad de infección.
Microbiota
Cuando este trastorno se repite, puede ser una señal de que la flora intestinal está desequilibrada y favorece la proliferación de la E coli, causante de la mayoría de estos episodios. Asimismo, el estreñimiento propicia la proliferación de esta bacteria.
Relaciones sexuales
En un 80% de casos las infecciones de orina aparecen durante las 24 horas posteriores a haber mantenido una relación sexual.
Hidratación
Si no bebemos agua suficiente, algo a tener en cuenta en estos meses de temperatura más elevadas, aumenta la presencia de bacterias en la orina.
Estrés
En temporadas en las que la mujer está en un estado de alerta constante puede sufrir distintas bajadas de defensas, que deriven en infecciones de orina.
Tratamiento
Hay distintos remedios para tratar y prevenir estas molestas infecciones de orina de repetición que son mas frecuentes a partir de los 50 años.
Estos son algunos:
Higiene
Es recomendable lavarse con agua o con jabón neutro, hacerlo antes de tener relaciones sexuales y después de ellas vaciar la vejiga, y siempre limpiarse de adelante hacia atrás.
Antibióticos
Además del tratamiento para la infección urinaria puntual, el médico puede recetar antibióticos a bajas dosis y de este modo prevenir las infecciones recurrentes.
Arándanos rojos americanos
Tomarlos enteros, en zumo o en cápsula disminuye la adherencia de la E coli en las paredes de la vejiga.
Autovacunas
Se crean mediante un cultivo de la orina de la paciente y se administran por vía sublingual tres meses.