Pradales aprieta con los traspasos y avisa a Sánchez de que puede perder su confianza
La negociación “no avanza como debiera” a un mes y medio de que expire el plazo. El PNV exige que se lo “tome en serio”
Pedro Sánchez acaba de recibir el toque de atención más serio por parte del lehendakari Pradales y el PNV en esta recta final de la negociación para cumplir el Estatuto de Gernika y transferir a las instituciones vascas todas las competencias que deben gestionar. Unas horas antes de que la consejera Maria Ubarretxena saliera de sus reuniones en Madrid con los secretarios de Estado de Empleo y la Seguridad Social, el Gobierno español recibió dos advertencias que sugieren que la paciencia se está agotando porque se acaba el plazo y siguen las resistencias.
Por un lado, a mes y medio de que expire el plazo y tras unos primeros avisos más calculados y comedidos, Imanol Pradales ha dejado caer este miércoles por primera vez que “la confianza es difícil de construir, pero fácil de perder”. Dijo que el presidente español debe responder por sus equipos y vencer las resistencias políticas al acuerdo, porque la negociación “no avanza como debiera”, como alertó en un foro de la agencia Europa Press. Por otro lado, en la sesión del Congreso, el PNV le lanzó un aviso similar a nivel de partido, y sus votos son imprescindibles para sacar adelante cualquier iniciativa. Su portavoz, Maribel Vaquero, aseguró que los jeltzales no tienen la intención de ir al choque con él como Junts y Podemos, pero dio la sensación de condicionar esa afirmación al cumplimiento del pacto de investidura, porque inmediatamente después añadió que, para que esto sea así, le exige que “se tome en serio el pacto”. Sánchez, en la réplica, no dijo nada sobre las transferencias y se refirió de manera genérica a la compleja gestión de las mayorías. Las cámaras del Congreso lo habían captado haciendo un gesto de contrariedad mientras Vaquero hablaba de seguir trabajando en la agonía de la legislatura o hasta su último suspiro.
Euskadi quiere una entidad propia para gestionar las pensiones y el traspaso total del puerto de Pasaia
Escollos
La situación ha llegado a este punto porque falta un mes y medio para que expire el plazo para cumplir el Estatuto, como prometió el propio Sánchez en el acuerdo de investidura con el PNV y en el cronograma que apalabró con el lehendakari Pradales. El 31 de diciembre tendrían que estar acordadas todas las transferencias, y nadie niega que se están produciendo las reuniones, pero parece que no se avanza lo suficiente y se está viviendo una especie de día de la marmota con las materias pendientes, que son las más complicadas y no terminan de rematarse. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que Ubarretxena volvió a reunirse este miércoles con los secretarios de Estado que tienen la competencia sobre las prestaciones de desempleo y la Seguridad Social, cuando ya existía un acuerdo político sobre las ayudas para el cuidado familiar y el paro desde julio y septiembre, respectivamente. La reunión se saldó sin declaraciones, y la intención de Ubarretxena era atar de una vez los convenios para convocar la Comisión Mixta y firmar esas transferencias con sus detalles sobre personal y gestión del régimen económico. Esta negociación está costando y ya motivó un toque de atención del Gobierno vasco a Sumar, porque de ella depende el desempleo. Mientras tanto, han aflorado también las presiones de un inversor privado en contra de un acuerdo sobre los aeropuertos vascos. Y el PSE, socio del PNV pero integrante del PSOE liderado por Sánchez, lleva días haciendo una especie de contradiplomacia para evitar la transferencia total del puerto de Pasaia y su salida del catálogo de interés general. Esa transferencia la había acordado el PNV en el contexto de los Presupuestos a los que Sánchez tuvo que renunciar por el adelanto de las elecciones catalanas, pero el caso es que no se está materializando.
"Ambos respondemos de los equipos que lideramos"
Pradales había marcado en rojo esta semana porque quería testar la voluntad del Gobierno español, y porque ya son cinco años de negociación. “Se olvida con frecuencia que el Estatuto fue la plasmación de un pacto político refrendado mayoritariamente por la sociedad vasca y que, quien lo incumple, no solo no respeta su voluntad, sino que actúa en menoscabo de los valores democráticos”, avisó. Añadió que el plazo es “claro”, el 31 de diciembre; que en julio ya pidió a Sánchez “poner orden” en los ministerios, hace dos meses exigió más ritmo, y hace dos semanas le ofreció pasar a la historia como el presidente que saldó la deuda con Euskadi.
“Tenemos un acuerdo que hay que cumplir. Un acuerdo sustentado en una relación de confianza recíproca entre el presidente Sánchez y yo como lehendakari. La confianza es difícil de construir, pero fácil de perder. Ambos respondemos de los equipos que lideramos. El año finaliza y la negociación no avanza como debiera. Siguen existiendo resistencias políticas y administrativas tan incomprensibles como fácilmente superables”, denunció. Quiso aclarar que sigue “confiando en su palabra”, pero los plazos “apremian”. Pidió trabajar para cumplir el Estatuto vigente y también para conseguir nuevas capacidades para responder a los retos y blindar el autogobierno.
Relación fluida
Sus palabras son significativas si se tiene en cuenta que, hasta el momento, la relación ha sido muy fluida entre Pradales y Sánchez. Quizás porque esta vez los votos del PNV son imprescindibles, el presidente español se ha reunido mucho más con Pradales en un solo año que con Iñigo Urkullu. Han tenido cinco encuentros públicos, y en octubre volvían a coincidir en Gasteiz en una cumbre sobre transparencia.
Este miércoles también fue noticia el enésimo rifirrafe entre Aitor Esteban y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el PNV avisó de que está achicando sus espacios por abrazarse a Vox, pero Vaquero avisó igualmente a Sánchez en el Congreso de que venía “con los deberes a medias”, y las negociaciones avanzan, pero “no puede ser que les cueste tanto levantar los pies”. En clave más doméstica, Pradales denunció, sin citar a nadie, las actitudes “infantiles” de quienes echan la culpa a otros y no se hacen cargo de sus decisiones, porque es “gasolina para la desafección”.
Temas
Más en Política
-
Jaurlaritzak 55.000 euro emango dizkio Eusko Ikaskuntzari 'Ezberdin Berdinak' proiekturako
-
Sánchez contrapone el riesgo de la derecha a su minoría y a las críticas por corrupción
-
Koldo defiende no ser juzgado por las mascarillas porque "no participó en la compra ni se relacionó con la empresa"
-
Torres recalca que contrato de mascarillas no se hizo a través de él y solo intervino cuando había dificultades