“Gracias de verdad por mantener vivo el fuego de nuestro pueblo tan lejos”. Imanol Pradales había acudido a Boise, en el estado de Idaho, para participar en el mayor festival de la cultura vasca fuera de Euskadi, el Jaialdi, y ha visto cumplidas sus expectativas. En el viaje se ha encontrado con una potente comunidad en el exterior, con las exhibiciones de aizkolariak y harrijasotzaileak, un público entregado para presenciar las actuaciones de Gatibu y Xabi Aburruzaga, profesores universitarios que han puesto su grano de arena para impulsar el intercambio de estudiantes entre Estados Unidos y Euskadi, un gobernador interesado en la cooperación en materia comercial, y una alcaldesa izando la ikurriña. El lehendakari participó este viernes en los últimos actos de su agenda oficial, y se queda con la sensación de que hay motivos para presumir del nivel de implicación de la diáspora a la hora de difundir la cultura de Euskadi y su lengua, y también para presumir de aquellos que, sin ser vascos, son “amigos” de Euskadi. Y, en este contexto, el último gran acuerdo que ha anunciado Pradales quiere ofrecer también su respaldo institucional en un ámbito concreto: el impulso del aprendizaje del euskera. Etxepare Euskal Institutua y la federación de entidades vascas norteamericanas, NABO, han firmado un convenio para reforzar la enseñanza de la lengua vasca en las Euskal Etxeak de Estados Unidos.
El acuerdo, según ha podido saber Grupo Noticias, supondrá una mayor financiación. Etxepare Institutua subvenciona cada año con 320.000 euros la enseñanza en los centros vascos ubicados en el exterior, y el convenio que se acaba de firmar recoge el compromiso de destinar 40.000 euros al año a las Euskal Etxeak de Estados Unidos, para incidir sobre todo en la formación de alumnos y que ellos, a su vez, puedan pasar a convertirse en profesores en sus Euskal Etxeak. El compromiso es ir incrementando la cantidad.
También habrá un mayor apoyo a través de materiales didácticos y formación, con el objetivo de que los centros en el exterior puedan movilizar a sus propios profesores sin depender de los docentes que viajan desde Euskadi. Se trata, por un lado, de formar al mayor número de profesores para multiplicar el número de hablantes y garantizar la transmisión de la lengua vasca y, por otro lado, ampliar el número de Euskal Etxeak que imparten clases de euskera.
No es ninguna novedad que estos centros enseñen euskera y, de hecho, NABO lleva años ofreciendo clases presenciales en las Euskal Etxeak o bien a través de internet. Pero ahora se da un salto cualitativo con la primera firma de un acuerdo formal con NABO. La intención es adaptar a Estados Unidos el modelo que ya funciona en Argentina, donde se encuentra afincada una de las diásporas más numerosas y comprometidas. Boise, por su parte, se conoce de manera coloquial como la capital vasca en Estados Unidos. La idea es que los integrantes de la propia diáspora aprendan euskera y se conviertan en docentes para dar clases en los centros vascos, pero no va a ser un salto sin red. La premisa de este modelo es que haya más profesores, pero que la formación sea de calidad. El compromiso que adopta el Ejecutivo es reforzar su apoyo institucional, incrementar la financiación para las clases, reforzar al profesorado local, y ofrecer formación didáctica específica y materiales pedagógicos.
El acuerdo se firma a través del instituto Etxepare, que es una entidad del Gobierno, trabaja para dar proyección a la lengua vasca fuera de sus fronteras desde el año 2010, y cuenta con el programa Euskara Munduan. De hecho, el impulso político del Gobierno vasco se ha escenificado desde el momento de la firma, que fue presidida por el propio lehendakari Pradales, en compañía de la vicelehendakari primera y responsable de Política Lingüística, Ibone Bengoetxea, y la directora de Etxepare Institutua, Irene Larraza. El acuerdo de colaboración se rubricó en la convención anual de NABO en Boise, y el Ejecutivo lo encuadra en la estrategia a favor del euskera Jauzia Gara, y en la estrategia de proyección internacional Euskadi Globala.
"Histórico"
El pacto, que Etxepare Institutua calificó como “histórico”, fue reivindicado también por el lehendakari. “Este acuerdo es mucho más que un compromiso pedagógico: es un paso estratégico en la internacionalización del euskera y en la proyección global de Euskadi”, defendió. A juicio de Pradales, este convenio es una inversión en cohesión cultural, para que las nuevas generaciones de vascos en el exterior no solo conozcan sus raíces, sino que también las vivan en euskera.
“Cuarenta Euskal Etxeak mantienen vivas nuestra cultura, lengua y tradiciones a 8.000 kilómetros de la madre patria. Son las mejores embajadas y embajadores que sirvieron y siguen sirviendo de referencia para todos los vascos y las vascas”, puso en valor. Pradales insistió en un mensaje que lleva repitiendo desde que comenzó este viaje: hay que explorar el potencial de la diáspora, implicarla, para que ayude a identificar las nuevas oportunidades para Euskadi en el exterior y la ayude también a abrirse camino. Pero volvió a añadir un matiz, la idea de la affinity diáspora, las personas que no son vascas pero son “amigas” de su cultura.