Dentro de dos meses, el próximo 10 de noviembre, se cumplirá un año desde que el presidente español, Pedro Sánchez, firmó su acuerdo de investidura con el PNV. El socialista se comprometió a transferir en los dos primeros años de la legislatura todas las competencias que deben gestionar las instituciones vascas en virtud del Estatuto de Gernika. En sentido estricto, se ha consumido ya la mitad del plazo acordado, todo un año, aunque también es cierto que esta etapa ha transcurrido entre procesos electorales y que este cálculo no tiene en cuenta los habituales cien días de cortesía que se conceden a los gobiernos. A principios de año se acordaron tres materias, y el Gobierno de Imanol Pradales cifra las restantes en un total de 29. El tiempo corre y el reto ahora está en acelerar y fijar una hoja de ruta clara, una metodología y un calendario para poder cumplir el Estatuto.

Ahí es donde entra otro punto clave del acuerdo del PNV con Sánchez, la puesta en marcha de la Comisión Bilateral Permanente, que tenía que abordar todo el proceso pendiente y reunirse de manera presencial cada seis meses con la asistencia del lehendakari y el presidente. Si nada se tuerce, se va a celebrar el mes que viene, con la presencia de Imanol Pradales y Pedro Sánchez. De este modo, ambos se verán de nuevo las caras dos o tres meses después de su último encuentro. El lehendakari y el presidente del Gobierno español celebraron un primer encuentro el 26 de julio en Ajuria Enea, unas semanas después de la investidura del jeltzale. Ya entonces, asumieron el compromiso verbal de reunirse otra vez a finales de septiembre o en octubre. Aunque la fecha no está cerrada, se asume que el encuentro tendrá lugar en octubre. Tampoco se ha informado sobre el lugar, y la consejera de Autogobierno, Maria Ubarretxena, fue especialmente lacónica en la rueda de prensa de este martes tras el Consejo de Gobierno, para no dinamitar los posibles avances con alguna indiscreción por su parte.

Fuentes consultadas por este periódico se refieren a este encuentro como la previsión que está sobre la mesa, como un compromiso que adquirieron ambos dirigentes y que nadie ha revocado aún, por ninguna de las dos partes. La incógnita fundamental es la fecha. Dejan ver que, si esa Comisión va a ser el foro inaugural y allí se va a pactar una metodología, es lógico que Pradales y Sánchez lideren los acuerdos. Mientras tanto, la consejera y el ministro Ángel Víctor Torres siguen trabajando en las reuniones de los grupos técnicos, y con la mirada puesta en un traspaso que tendrá lugar a muy corto plazo, la gestión del litoral, que podría llegar también en octubre.

Seis transferencias... y las materias 'hueso'

El lehendakari había dejado caer el lunes por la noche en la cadena Ser que la reunión con Sánchez sería en octubre, y que el objetivo es acelerar los trabajos. Por la mañana, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, había dado por hecho también un encuentro entre ambos. La consejera Ubarretxena ratificó este martes que la intención es esa.

Con carácter inmediato, los grupos técnicos (los formados por los expertos, los juristas y los cargos intermedios de los ministerios implicados en cada traspaso) se iban a reunir este mes de septiembre para limar los detalles del traspaso del litoral. Hay otros cinco sobre la mesa en este primer paquete: salvamento marítimo, meteorología, autorizaciones iniciales de trabajo para las personas extranjeras, Centro de Verificación de Maquinaria de Barakaldo (salud laboral), y el fondo de protección a la cinematografía. 

Pero el lehendakari está recordando estos días que hay otras materias que son estratégicas, como los puertos y los aeropuertos. También habrá que abordarlas, aunque el ministro Puente volvió a ahuyentar hace unas semanas esa negociación con el argumento de que son infraestructuras que están en el catálogo de interés general del Estado. Por otro lado, portavoces del PNV llevan meses deslizando que hay algún movimiento sobre la transferencia de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, ya que su complejidad obliga a ir adelantando el trabajo. No obstante, es probable que no se sepa nada al respecto hasta que haya un acuerdo avanzado y se pueda hablar sobre documentos reales, para evitar así que se utilice como arma arrojadiza en el Estado. La carpeta del Estatuto de Gernika se irá cerrando mientras los partidos exploran un nuevo marco.