Hasta la semana pasada, había dos partes, PNV y EH Bildu, que no arrojaban la toalla para aprobar la Ley de Educación con el mayor consenso posible, más allá de la mayoría absoluta que reúnen jeltzales y socialistas en el Gobierno vasco. Pero, tras la consulta de EH Bildu a la militancia, donde los bilkides coincidieron en rechazar la ley con una participación que no llegó a la mitad del censo, este miércoles la coalición abertzale ha escenificado la ruptura total de los puentes. EH Bildu ha asumido un tono de ajuste de cuentas con el Gobierno vasco, incluso leyendo en público un whatsapp de alguien del PNV cuya identidad no fue revelada pero que lamentaba lo sucedido. La comisión parlamentaria debatió el informe de la ley en un clima enrarecido, ya sin buenas palabras hacia el PNV, pero ese contexto no impidió que la norma saliera adelante con los votos de los jeltzales y los socialistas. El resto la rechazó. La aprobación del dictamen supone el penúltimo paso de la ley, que tiene garantizado el éxito en pleno el 21 de diciembre y que dará estabilidad al sistema educativo durante tres décadas, como pusieron en valor desde el PNV. El consejero de Educación, Jokin Bildarratz, seguía asegurando este miércoles que “hay tiempo” hasta la votación de diciembre para poder recabar el mayor acuerdo posible, y no ve ninguna justificación para que EH Bildu haya pasado del sí al no, más allá de “un matiz” sobre el papel de las lenguas en las aulas, como dijo en un acto sobre FP organizado por Confebask.

El PNV tuvo una intervención discreta para no caldear los ánimos, y Gorka Álvarez se limitó a destacar lo positivo, la aportación de la comunidad educativa, las 75 propuestas de los grupos que han recogido en la ley, o el tiempo que queda por delante hasta el 21 de diciembre para ensanchar el acuerdo. Destacó los contenidos para avanzar en la lucha contra la segregación o la capacidad que tendrán los centros para establecer proyectos con la finalidad de que los alumnos alcancen un nivel de conocimiento B2 del euskera y el castellano al final de la secundaria. Pero en la Ejecutiva del PNV parece que lo dan ya por perdido. Andoni Ortuzar repitió en Radio Euskadi que la ley “es tan hija de EH Bildu como del PNV y PSE”, y este giro se debe a que la coalición abertzale “es débil” ante la presión de determinados sindicatos, una debilidad que la dejaría incapacitada para ser “alternativa de Gobierno”.

EH Bildu carga contra Andueza y Zupiria

El portavoz de EH Bildu en materia educativa, Ikoitz Arrese, aseguró sentirse “apenado” porque su grupo ha hecho un “esfuerzo” con esta ley durante años. “La tramitación de esta ley ha sido un despropósito, se han roto los puentes a propósito porque han querido PNV y PSE. Se ha querido dejar a EH Bildu fuera de esta ley. A las propuestas que hemos hecho no se les ha dado ninguna respuesta. Hemos propuesto a la Mesa una aclaración jurídica y se nos ha negado también. ¿Va a aceptar el PSE el cheque en blanco a la concertada, que no haya obligaciones a la concertada y que, si no las cumple, no haya nada que regule qué pasa con esos centros? PNV, ¿por qué no has aceptado el índice de complejidad sociolingüística? ¿Qué va a pasar en dos años, habrá modelos lingüísticos, no los habrá, se blindarán...? El PNV acepta el veto del PSE, y el PSE acepta el veto del PNV”, lanzó. 

A partir de ahí, lanzó algunos dardos en tono preelectoral a Eneko Andueza y al portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, de quien dijo que “miente”. “¿El PNV va a aceptar las declaraciones de Eneko Andueza? ¿A quién entra en la cabeza que quien aspira a ser lehendakari saque pecho de que se quede fuera de la Ley de Educación EH Bildu, la segunda fuerza, de momento, de este país? Y, señor Zupiria, no mienta. Ha dicho que 101 artículos se han acordado entre PNV, PSE y EH Bildu. Mentira. El PSE dijo que esta ley no es suya. Y ha dicho que hoy sigue negociando con EH Bildu. Mentira. Desde el 3 de octubre no hemos tenido relación con nadie del PNV, nadie del PNV se ha puesto en contacto con nosotros”, dijo, para confirmar su “no” a la Ley de Educación. Fue entonces cuando leyó un whatsapp de alguien del PNV que decía “lo siento mucho, Ikoitz”, “me parece incomprensible” o “es una pena”.

El enredo de la enmienda técnica

El PNV tomó la palabra justo después, pero no quiso responder a ninguna de las acusaciones. Se limitó a agradecer el trabajo de los grupos y la comunidad educativa. Nadie utilizó el segundo turno de intervención y se pasó directamente a la votación, donde también hubo polémica. En concreto, la letrada del Parlamento planteó una enmienda técnica al detectar una discrepancia entre la versión en castellano y la versión en euskera en un apartado sobre las condiciones para la escuela concertada. La letrada proponía decir “beteko dituzte” y “deberán cumplir”. Finalmente, esa enmienda no prosperó, sino que se optó por una solución apoyada por PNV y PSE para volver a la redacción en castellano, que al parecer fue adaptada con inexactitud al euskera. Tras unos momentos de confusión donde EH Bildu también estuvo alerta argumentando que era una cuestión nuclear, el PNV aclaró que en castellano se hablaba de los principios con el verbo “rigiéndose”, y en euskera se decía “izango dituzte oinarri”. Se decidió volver a la versión en castellano y adaptar la de euskera. 

El PSE recrimina a Bildu sus órdagos en la prensa

El acuerdo sobre las bases educativas congregaba al 90% del Parlamento, con PNV, PSE, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU. Este último grupo fue el primero en descolgarse asegurando que la ley daba prioridad a la escuela concertada. Después llegaría el descuelgue de EH Bildu por la enmienda pactada entre PNV y PSE, que añadía una referencia a los modelos lingüísticos vigentes. 

Pero esa enmienda se añadió solo a los efectos de matizar que los proyectos lingüísticos de los centros educativos se elaborarán sobre la base de esos modelos. El propio consejero se encargó de aclarar públicamente que los modelos A en castellano, B en bilingüe y D en euskera van a evolucionar, y lamentó que se generase semejante revuelo por una enmienda que va en la exposición de motivos, dando a entender que no es precisamente la parte con mayor valor jurídico de la ley. Además, se mantiene el objetivo final, alcanzar el perfil B2. Pero EH Bildu defiende que se genera inseguridad jurídica y nadie sabe lo que ocurrirá en dos años cuando se redacte el reglamento. Buena parte del enredo viene alimentado por unas declaraciones del líder del PSE, Eneko Andueza, quien publicitó a su manera este acuerdo destacando que se evita un modelo monolingüe de inmersión a la catalana.

Desde el PSE, María Jesús San José se felicitó de que las enmiendas pactadas con el PNV “se mantienen”, y recriminó a EH Bildu que haya “actuado con una doble cara” porque, mientras se negociaba, “ha lanzado órdagos y ultimátums en ruedas de prensa”. Desde el PP, Carmelo Barrio dijo lo contrario de lo que opina Bildu, que esta ley pretende que “solamente el euskera sea el eje vertebrador”. Elkarrekin Podemos-IU vio un “alto peso de la escuela concertada” y que se va a segregar también por lengua.