- La declaración de la izquierda abertzale en el décimo aniversario del cese de la violencia podría haber borrado las fronteras, ya de por sí escasas, que quedan entre ella y los socialistas para normalizar por completo la relación. Sin embargo, la situación ha quedado prácticamente en tablas. EH Bildu y Sortu reconocieron que el dolor sufrido por las víctimas de ETA nunca debería haberse producido y apostaron por mitigarlo en la medida de sus posibilidades, un anuncio acogido en un primer momento con satisfacción por los socialistas. Pero el gesto se diluyó después y quedó comprometido por el desmarque de la coalición abertzale de la declaración de condena de la violencia del Parlamento Vasco. Además, Arnaldo Otegi aún estaba tratando de desactivar la polémica que desataron sus declaraciones en un acto con la militancia, donde se mostró dispuesto a aprobar los Presupuestos de Sánchez a cambio de excarcelar a los 200 presos. Toda esta secuencia de acontecimientos, sumada a las dudas que ya había sembrado el PNV sobre la sinceridad de la izquierda abertzale, han incomodado a los socialistas en Madrid y en Euskadi.
El PNV gobierna en coalición con el PSE en el Ejecutivo vasco, las tres diputaciones y las tres capitales de la comunidad autónoma, y un buen puñado de ayuntamientos. Los jeltzales son a su vez aliados de los socialistas navarros en el gobierno de María Chivite, y tienen un pacto de investidura con Pedro Sánchez en el Estado. La relación está consolidada. La posibilidad de llevar los acuerdos entre el socialismo y Bildu más allá del ámbito municipal siempre ha sido difícil por sus diferencias con el relato y, sobre todo, en Madrid, donde se multiplica la presión de los ámbitos mediáticos y políticos de la derecha española. Eso no significa que haya incomunicación. El Gobierno de Sánchez, con una mayoría ajustada, tiene interlocución con EH Bildu en los Presupuestos. En Euskadi, han profundizado en los acuerdos que ya tenían en Eibar: tras alcanzar un pacto presupuestario, han cerrado un paquete de proyectos estratégicos. Es el municipio de Eneko Andueza, quien se perfila como nuevo secretario general del PSE.
La declaración de EH Bildu llegó también acompañada de todo tipo de especulaciones en Madrid sobre una próxima reforma legal de Sánchez para eliminar la legalidad de excepción que se aplica a los presos de ETA. Ahora se ha generado un clima de presión importante hacia la izquierda abertzale para que demuestre su sinceridad haciendo desaparecer los ongietorris a la salida de la cárcel.
El PNV ha asegurado que “no está nervioso” por un hipotético acercamiento entre EH Bildu y el PSE, aunque permanece atento. En las últimas semanas, el PNV ha exhibido su capacidad de pacto más allá del PSE, con el acercamiento a la coalición abertzale sobre la Ley de Educación o el acuerdo sobre la Ley de Conservación de Patrimonio Natural. En este contexto, el expresidente del PSE Jesús Eguiguren matiza en una entrevista con Europa Press que la declaración de Bildu cambiará las relaciones entre los partidos, pero no ve posible alcanzar un acuerdo para gobernar en Euskadi por cuestiones como el discurso independentista de la coalición abertzale, que es menos flexible y gradual. “Estamos bastante distantes”, dice, para referirse a EH Bildu como un partido “nacionalista radical”. Desmintió que la declaración de Otegi fuera consensuada con los socialistas.
“Los socialistas estamos bastante distantes de EH Bildu, un partido nacionalista radical”
Expresidente del PSE