Pamplona - El 89,34% de la militancia del PSN apoya la apuesta por un Gobierno plural y progresista en Navarra. Un resultado previsible que la propia dirección socialista daba ya por hecho. Pero supone un espaldarazo a la estrategia del PSN, cuestionada por una parte del partido en Madrid, y que desde el día de las elecciones ha sufrido presiones de todo tipo para que facilitara un Gobierno de la derecha.
Apenas un 10,16% de los afiliados que ayer fueron a votar lo hizo para rechazar el Gobierno de coalición y el acuerdo programático con Geroa Bai, Podemos e I-E, mientras que 0,5% lo hizo en blanco. La consulta, obligada por estatutos y vinculante, da paso ahora a un proceso de investidura que previsiblemente culminará el próximo fin de semana con la toma de posesión de María Chivite como nueva presidenta del Gobierno de Navarra.
La propia candidata del PSN comunicó ayer al presidente del Parlamento, Unai Hualde, su voluntad de optar a la investidura una vez logrado el apoyo de 23 de los 50 parlamentarios de la Cámara navarra. Un proceso para el que requiere de la abstención de EH Bildu, que previsiblemente mañana llevará a cabo una consulta entre sus militantes para decidir el sentido de su voto. La dirección de la formación abertzale se ha posicionado públicamente a favor de facilitar el Gobierno de Chivite.
Si los plazos se cumplen, y no hay sorpresas de última hora, el presidente del Parlamento llevará a cabo a lo largo de la mañana de hoy la ronda de consultas con los grupos parlamentarios. Posteriormente citará a la Mesa del Parlamento para convocar el pleno de investidura, que previsiblemente tendrá lugar el próximo jueves a partir de las 12 de la mañana. Chivite no logrará la mayoría absoluta en primera votación, por lo que será necesaria una segunda, ya el viernes por la tarde, para ratificar su nombramiento. La toma de posesión se produciría así el domingo o el lunes de la próxima semana.
Satisfacción en el PSN Tras conocer el resultado, Chivite agradeció la participación y el apoyo de la militancia. “Ha apoyado de manera clara un acuerdo que pone el acento en las políticas de corte social, la innovación, la igualdad y la cohesión territorial, y un gobierno plural, de izquierdas y para el progreso de Navarra”, celebró la secretaria general tras una jornada de gran importancia para el socialismo navarro.
Era lógico prever que las bases iban a respaldar la vuelta del partido a la presidencia del Gobierno de Navarra 23 años después. Pero la consulta de ayer llevan implícito también un enorme calado histórico. Porque era la primera vez que la dirección del PSN preguntaba a sus bases sobre la política de alianzas en Navarra, y el resultado ha sido abrumador y concluyente: el socialismo de base no quiere facilitar el gobierno a la derecha.
Hasta ahora las decisiones habían venido avaladas por su comité regional, máximo órgano entre congresos. Cuando no por la ejecutiva federal, que en al menos tres ocasiones había frustrado la apuesta de los socialistas navarros por un gobierno alternativo a la derecha. Y cuando había que elegir, en 1996, en 2007 o en 2014, el PSN, y el PSOE han optado siempre por facilitar gobiernos de la derecha. Hasta ahora. Esta vez, tal y como recogen los estatutos del partido desde el último congreso, se ha preguntado directamente a la bases orgánica del partido si apostaban por un gobierno apoyado en la izquierda y transversal en lo identitario.
Así que la satisfacción ayer era evidente en las filas socialistas. “La militancia ha entendido la importancia del momento que teníamos en frente”, subrayó ayer tras la votación el secretario de Organización del partido, Ramón Alzórriz, que señaló que su partido apuesta por liderar Navarra “con políticas de convivencia plurales y centradas en las necesidades de la gente”. Para Alzórriz, la consulta realizada ayer supone un respaldo “incontestable” a la estrategia emprendida por su partido, tanto por el resultado final, como por el hecho que haya sido avalada directamente por la militancia.
Superados todos los escollos, y falta de que EH Bildu confirme su abstención, el socialismo volverá al Palacio de Navarra para liderar un Gobierno. Lo hará en coalición con una fuerza vasquista como Geroa Bai y una izquierda rupturista como Podemos, y con la necesidad de buscar apoyos a su izquierda en un Parlamento que la derecha, unida bajo la fórmula de Navarra Suma, tratará de polarizar al máximo a la luz de la experiencia de la anterior legislatura. No es un reto menor, pero suficientemente sugerente como para explorar una nueva mayoría en Navarra que el tiempo dirá si es algo puntual o de largo recorrido.
Lunes, 29 de julio. La Mesa y Junta del Parlamento habilitará hoy el mes de agosto para la investidura. El presidente del Parlamento, Unai Hualde, realizará la ronda de consultas con los portavoces de los partidos. Una vez constatado el juego de mayorías nombrará a María Chivite candidata a la presidencia del gobierno y convocará el pleno de investidura con un plazo no menor de tres días.
Martes, 30 de julio. EH Bildu llevará a cabo la consulta a sus bases, presencial y telemática, que deberán optar entre la abstención y el voto en contra. Podemos anunciará el resultado de su consulta. Entres las tres opciones posibles no se incluye el voto en contra, por lo que la decisión no condicionará la investidura.
Miércoles, 31 de julio. EH Bildu hará público el resultado de su consulta. Si vence la abstención, habrá vía libre para el nuevo Gobierno. Si gana el no, Chivite irá a una investidura fallida.
Jueves, 1 de agosto. Pleno de investidura a partir de las 12 horas en el que Chivite defenderá su programa de Gobierno. Tras el debate, ya por la tarde, se llevará a cabo la votación. No logrará la mayoría absoluta.
Viernes, 2 de agosto. 24 horas después de la primera votación se procederá a la segunda. Esta vez será suficiente la mayoría simple. Si EH Bildu opta finalmente por la abstención, María Chivite será elegida presidenta del Gobierno.
Sábado, 3 de agosto. Si la investidura ha sido positiva, el rey y el presidente del Gobierno central firmarán los reales decretos con el cese de la presidenta saliente y el nombramiento de la entrante.
Domingo, 4 de agosto. Se publican en el BOE y en BON los decretos reales. María Chivite tiene 10 días para hacer efectiva la toma de posición, pero es posible que ese mismo día se celebre el acto protocolario en el Parlamento.
Lunes, 5 de agosto. Un día después de la toma de posesión de la nueva presidenta se publica en el BON el decreto foral con los nombramientos de los nuevos consejeros y consejeras. Si Chivite toma posesión el domingo, el nuevo Gobierno lo hará el lunes que viene. El Ejecutivo estaría ya en marcha.