París - La sexta jornada de protesta en el último mes contra la reforma laboral en Francia se saldó ayer con un descenso del número de manifestantes en las calles, mientras en paralelo se amplificó el movimiento de los “indignados”, que se extiende a más ciudades el país. La jornada registró nuevos incidentes entre los manifestantes y la policía en varias ciudades.
Particularmente graves fueron los registrados en la parisiense plaza de la Nación, final de la manifestación de la capital, donde la policía cargo en varias ocasiones contra grupos de jóvenes enmascarados que lanzaban piedras y otros objetos contra los agentes.
Las autoridades señalaron que 120.000 personas se manifestaron en unas 200 ciudades en todo el país, frente a las casi 400.000 que lo hicieron el pasado día 31, cuando marcaron un récord en contra de la que parece como última gran reforma del mandato del presidente socialista François Hollande.
Sin dar cifras, los organizadores reconocieron una caída de la movilización con respecto al día 31, cuando reivindicaron 1,2 millones de manifestantes, una bajada que atribuyeron, en parte, a que en muchas regiones ha comenzado un periodo de vacaciones escolares.
altercados La jornada de protesta estuvo marcada, de nuevo, por los altercados provocados por algunos manifestantes violentos, en particular en París y en Rennes. En el caso de la capital, el prefecto de la ciudad, Michel Cadot, denunció la presencia en la parte delantera de la marcha de un grupo de medio centenar de enmascarados con intenciones violentas, que en todo momento trataron de provocar altercados. Lo lograron al final de la protesta, en la Plaza de la Nación, cuando comenzaron a lanzar piedras, adoquines y mobiliario urbano contra los antidisturbios que vigilaban el lugar, según el prefecto. Los agentes efectuaron entonces diversas cargas contra los manifestantes y lanzaron gases lacrimógenos. Asimismo practicaron varias detenciones.
El prefecto indicó que muchos otros fueron identificados como militantes de grupos radicales que “tenían la voluntad expresa de provocar altercados en la manifestación”. Tanto los detenidos, 26 en todo el país, como las imágenes grabadas por la policía serán enviadas a la Fiscalía.
Cadot destacó la “sangre fría” mostrada por los agentes, después de que en las últimas semanas se emitieran varios vídeos de aficionados en los que en pasadas manifestaciones se veía a jóvenes estudiantes agredidos por efectivos de las fuerzas del orden, casos que están siendo investigados.
Tanto los sindicatos organizadores como el Gobierno condenaron los hechos violentos.
El Ejecutivo trata de desactivar el movimiento de protesta contra su reforma laboral y, para ello, está admitiendo algunas de las 1.000 enmiendas presentadas en la Asamblea Nacional contra su proyecto. Además, el primer ministro francés, Manuel Valls, recibirá a los representantes estudiantiles y a lo largo de la semana el Ejecutivo puede hacer anuncios en favor de los jóvenes, como la creación de un subsidio para los menores de 25 años en busca de trabajo, según diversos medios.
Pero los convocantes siguen pidiendo la retirada total de una reforma que, a su juicio, debilita a los trabajadores en las negociaciones con los patronos, puesto que da primacía a los acuerdos en las empresas sobre los convenios colectivos.
Mientras la protesta parece tomarse un respiro, y a la espera de comprobar si los sindicatos pueden reavivarlo, lo que parece cobrar fuerza es el movimiento de los “indignados”, bautizado en Francia como “Nuit debout” (noche en pie), que tiene su epicentro en la parisiense plaza de la República y que se ha extendido a diferentes ciudades. - Efe