Vitoria. La campaña electoral afronta su recta final, y en este último sprint -con un ojo puesto en las encuestas que se han hecho públicas en los últimos días y que centraban ayer los corrillos jeltzales-, el PNV encendió ayer las alarmas ante el riesgo de que "la pinza" entre el bipartidismo y la efervescencia del efecto Amaiur reduzca su capacidad de influencia en las Cortes españolas. "Álava y Euskadi necesitan tener voz propia y permanente en Madrid"; una voz que sea la "garantía de una gestión eficaz", defendió el EBB del PNV, Iñigo Urkullu, que se comprometió a trabajar para seguir siéndolo durante la próxima legislatura.
La megafonía del encuentro con el que el PNV abarrotó ayer el coqueto salón Badaya del Hotel Barceló Gasteiz advertía de que la que se abre tras la cita de este domingo será "una legislatura vital para el progreso de Euskadi y de Álava". Y los candidatos jeltzales, abanderados por Emilio Olabarria y Claudio Rodríguez, que recibieron el respaldo de quien ha sido el portavoz del Grupo Vasco en el Congreso, Josu Erkoreka, y de la plana mayor del partido se lanzaron a reivindicar el papel que su formación quiere volver a jugar en ella, invitando a los electores a no dejarse "engañar por el bipartidismo o por una pinza al PNV" al elegir su papeleta.
"No nos dejemos engañar" "Euskadi tiene que votar por Euskadi", y ante ese desafío, "cada voto será necesario", subrayó Urkullu, antes de recordar que su partido vota "los 365 días del año" teniendo únicamente los intereses de los vascos en su agenda.
Y frente a esta posición en la que enmarcó a su partido situó a sus principales rivales. Por un lado, a quienes integran "el Gobierno del bipartidismo"; una sociedad PP-PSE a la que acusó de querer los votos vascos "sólo para alcanzar el Gobierno de España". En este sentido, Urkullu convirtió al lehendakari, Patxi López, en la principal diana de sus dardos. "Olvida Euskadi" para estar "metido en la caravana electoral del PSOE", actuando en clave de partido y postulándose además para dirigirlo, y no defendiendo los intereses del país, denunció. "Está pensando más en la Castellana que en la calle Dato y parece que allí se quiere quedar", deslizó en alusión a los rumores que sitúan a López como probable relevo al frente del PSOE, antes de referirse a los mítines del PSOE que ha coprotagonizado en Cantabria o Valladolid para criticar que se vaya "de campaña a pedir el voto entre quienes votan contra nuestro autogobierno".
Pero, consciente de que también Amaiur puede crecer a costa de mermar el caladero jeltzale, Urkullu reservó aliento para denunciar la falta de proyecto que el PNV viene intuyendo tras un proyecto al que acusó de querer ir a Madrid únicamente "un par de días a dar la nota", "para levantar el puño y dar un grito", caricaturizó. Y así, dibujadas estas alternativas, insistió en que sus compañeros de filas irán "a trabajar por Euskadi" todos los días y a reclamar "lo que nos corresponde" por ley. Como la gestión del Régimen Económico de la Seguridad Social; una materia que situó como garantía de que no se rebaje el poder adquisitivo de las pensiones y que utilizó como ejemplo de las propuestas concretas que prometió defender desde Madrid.