vitoria. Ante las sombras que se ciernen sobre algunos ex componentes de la cúpula del PNV, y el riesgo de descrédito que esto puede suponer para la formación jeltzale -especialmente en periodo preelectoral-, su máximo dirigente volvió ayer a salir al paso para marcar distancias e impronta.

A través de su blog personal, Íñigo Urkullu, aseguró ayer sin ambages que espiar, valerse de información personal para utilizarla políticamente, es ética y políticamente repudiable y "asqueroso". Y, lo que es más, que quien lo haga o lo avale "sobra" en su partido.

Ésta fue la forma que eligió el dirigente jeltzale para volver a mostrar su postura ante el supuesto caso de espionaje en Álava que está siendo investigado en el Parlamento y los juzgados y en el que están imputados el ex dirigente del PNV en este territorio Iñaki Tellería y dos ertzainas.

Varios diarios publicaban ayer mismo que en el sumario se recoge la declaración de Tellería ante el juez instructor en la que éste aseguraría que la dirección de su partido le encargaba investigar "anónimos" que les llegaban sobre adversarios políticos.

Al respecto, Urkullu afirmó que desconoce si estas informaciones se corresponden con el contenido del sumario porque "como EBB" no han tenido acceso al mismo, pero hizo la siguiente reflexión general "sobre este tipo de cuestiones": "más allá de lo chapucero que suena todo" -aseguró en referencia a las repetidas filtraciones de datos protegidos del sumario-, "es asqueroso. Quien entienda que la política ha de hacerse así en el PNV, quien lo avale o justifique sobra en este partido".

Sin embargo, la clara postura mostrada por un PNV que ha llegado a instar a los imputados a que dejaran el carné "sobre la mesa", al menos hasta que se resuelvan las investigaciones, ya que sus estatutos impiden la expulsión, siguen sin sofocar a sus adversarios políticos. Especialmente al PP que ayer, a través de su presidente en Álava, Alfonso Alonso, exigió que "por higiene democrática" dimita la actual dirección del PNV de este territorio.

Tras mostrar su "indignación" y aventurar que Tellería "no era un hombre que actuaba por su cuenta y riesgo, sino que lo hacía por mandato de la dirección del PNV", Alonso dejó en "papel mojado" las declaraciones del PNV y afirmó que su cúpula en Álava es "una amenaza" para las libertades y la democracia.