madrid. Cuatro periodistas españoles, dos redactores y dos fotógrafos de El Mundo y El País, fueron ayer expulsados de El Aaiún pese al supuesto acuerdo al que habían llegado los gobiernos de España y Marruecos para permitir la entrada restringida de informadores. La razón argumentada por Rabat para justificar esta medida fueron supuestos "desajustes administrativos". Pero lo peor es que esas mismas razones las repitió el Gobierno español que explicó que esos "desajustes" estaban relacionados con los permisos de entrada en el país, pero "en ningún caso" a un cambio de criterio por parte de las autoridades marroquíes.

Horas antes el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, había subrayado que el Ejecutivo "sólo estará satisfecho cuando Marruecos deje entrar en El Aaiún a todos los medios españoles", porque la autorización concedida a El País y El Mundo era sólo "un primer paso" de las autoridades marroquíes. Pérez Rubalcaba recalcó que el Gobierno había mantenido conversaciones "al más alto nivel" con las autoridades de Rabat para que permitieran el acceso al Sahara Occidental de todos los medios informativos y les había advertido además de que las exclusiones son "contraproducentes", porque la falta de transparencia "da alas a informaciones falsas".

Con los supuestos permisos de acceso a los dos grandes rotativos de Madrid, que finalmente quedaron en nada, Marruecos había dado, según Rubalcaba, "un primer paso al permitir que España tenga la misma situación que Francia". Tras la expulsión, Rubalcaba no dijo nada.

Rabat da estabilidad Por su parte el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados, José Antonio Alonso, respaldó la postura de prudencia mantenida por el Gobierno y recordó que es precisa una investigación independiente sobre los sucesos de El Aaiún para posicionarse y, además, remarcado que no se puede olvidar que Marruecos es un país que "da estabilidad" al norte de África.