En la superficie, los datos recientes indican un notable superávit comercial de la Unión Europea (UE) frente a Estados Unidos (EEUU) en 2023 y 2024. Sin embargo, al profundizar en la realidad digital del siglo XXI, aparece un panorama muy diferente: los servicios tecnológicos y digitales invisibles, proporcionados en Europa por gigantes estadounidenses como Microsoft, Amazon, Meta y Google, están inclinando silenciosamente la balanza a favor de EEUU.

Oficialmente, Europa exhibe un superávit en bienes físicos de aproximadamente 198 mil millones de euros en 2024. Pero el análisis detallado revela que, aunque la UE tiene un saldo positivo en comercio de bienes como vehículos y productos farmacéuticos, existe un déficit significativo en servicios tradicionales y especialmente tecnológicos.

Los servicios tecnológicos, tales como la computación en la nube, software, publicidad digital y licencias de propiedad intelectual, a menudo no se contabilizan como importaciones, pues son facturados directamente desde filiales europeas de empresas estadounidenses. Este mecanismo hace que gran parte del consumo digital europeo quede invisible en las estadísticas oficiales de comercio, creando la ilusión de un menor déficit europeo.

¿Qué son esos servicios invisibles? Por ejemplo, cuando una empresa en el Estado contrata los servicios de computación en la nube de las tecnológicas de EEUU (los llamados Hiperescalares), como puede ser un software CRM, y ese servicio se presta desde Centros de Datos en EEUU, muchas veces el contrato se factura desde las filiales europeas (establecidas de manera principal en Luxemburgo, Irlanda y resto Europa) y por tanto, en las estadísticas se considera una transacción intra-UE (un servicio provisto por una empresa residente en la UE) en lugar de una importación desde los EEUU. Lo mismo ocurre con las licencias de software, suscripciones a plataformas digitales, publicidad online provista por filiales europeas de empresas de Silicon Valley, etc. Este modelo de operar vía filiales locales impide que gran parte de los flujos de servicios digitales aparezcan en la balanza comercial bilateral de servicios.

Se estima que solo en 2023, las filiales europeas de compañías estadounidenses suministraron más de 360 mil millones de dólares en servicios digitales localmente en Europa, cifra considerablemente mayor a las exportaciones directas reportadas. Si estos flujos se registrasen adecuadamente como importaciones, la UE podría pasar de tener un leve superávit comercial total a presentar un déficit estructural con EEUU.

Este fenómeno plantea interrogantes clave sobre la verdadera dependencia tecnológica de Europa y revela que, más allá de los números oficiales, la economía digital europea sigue estrechamente ligada y dependiente de las grandes tecnológicas estadounidenses. El supuesto superávit europeo es, por tanto, un espejismo detrás del cual se oculta una profunda ventaja estadounidense en la era digital.

CEO de Teknei