Mariano Díaz ya es jugador del Deportivo Alavés a todos los efectos. El conjunto babazorro ha anunciado esta tarde la contratación en propiedad del delantero dominicano hasta el verano de 2027 después de que sus buenas prestaciones durante la pretemporada hayan convencido a la dirección deportiva y el delantero nacido en Barcelona haya decidido seguir en el Glorioso.

Cabe recordar que el pasado 14 de julio se incorporó a la disciplina del Deportivo Alavés a prueba para ponerse a tono físico y completar la preparación a las órdenes del Chacho Coudet. Desde entonces, ha participado en los partidos amistosos disputados por el conjunto gasteiztarra y ha marcado dos goles además de dejar buenas sensaciones sobre el terreno de juego.

Su llegada a Vitoria-Gasteiz hace un mes fue un movimiento que sorprendió a propios y extraños por la forma en la que se produjo. El que hubiera pasado la temporada 2024-25 en blanco tras su desvinculación del Sevilla en el verano de 2024 suscitó muchas dudas acerca de su condición física y su capacidad para recuperar su mejor versión, la que mostró en el Olympique de Lyon en el curso 2017-18 y con cuentagotas en el Real Madrid.

Sin embargo, tres semanas repartidas entre Ibaia y el stage de preparación de Girona han despejado dudas acerca su aptitud para volver a competir al máximo nivel y la confirmación de su fichaje, que era cuestión de tiempo, ha llegado al fin este jueves.

Con la contratación de Mariano, el Alavés adquiere a un delantero con experiencia de sobra en la élite a sus 32 años y que ha demostrado en numerosas ocasiones su olfato de gol y su incuestionable calidad.

Su irregularidad y escaso rendimiento las últimas temporadas, eso sí, generan aún algo de incertidumbre que el atacante deberá despejar sobre el césped una vez comience el fuego real. Eso sí, sin ese descenso en su rendimiento habría sido impensable para el Alavés adquirir a un nueve con sus cualidades que en su etapa en el Real Madrid percibía alrededor de cinco millones de euros netos, unas cifras prohibitivas en las oficinas de Mendizorroza donde nadie ha alcanzado ni siquiera la mitad a lo largo de la historia en Primera.

Refuerzo necesario

El fichaje de Mariano Díaz permite oxigenar la punta de ataque del Deportivo Alavés, que ha sufrido dos importantes reveses este verano con la marcha de su principal goleador, Kike García, rumbo al Espanyol y del joven Joaquín Panichelli, que se salió el curso pasado en Segunda División, rumbo al Estrasburgo.

Sin sus dos principales activos en dicha posición y con Asier Villalibre en la rampa de salida por sus pobres prestaciones, el club tenía en Toni Martínez al único delantero de garantías y con la confianza del técnico, por lo que la contratación de un nueve era una de las principales tareas pendientes de la dirección deportiva.

Aunque es factible que llegue otro delantero de aquí al final del mercado en caso de que Villalibre encuentre destino lejos de Vitoria, el Chacho Coudet cuenta al menos ya con dos nueves de nivel para afrontar el arranque liguero la semana que viene contra el Levante.

Potencia y olfato

Como bien apunta el club en el anuncio de su fichaje, Mariano Díaz es “un delantero rápido, con un físico potente y un buen disparo, que no rehúye el contacto físico y que destaca por su juego aéreo”. Un nueve puro, en definitiva, capaz de hacer daño a sus oponentes en carrera y gran finalizador en el área tanto con el pie como de cabeza.

Hasta el momento, está ejerciendo como delantero centro referencia en el esquema de Coudet y en el último amistoso contra el Huesca fue titular por primera vez, aunque también podría jugar en una doble delantera con un punta menos posicional con mayor capacidad para combinar con sus compañeros.

En el caso de que recupere una buena versión de sí mismo, su contratación puede convertirse en una operación redonda que ayude al equipo a ver con más asiduidad portería, algo que sólo consiguió con continuidad Kike García el curso pasado. Su adaptación al Alavés ha sido positiva y de hecho ya muestra galones dentro del vestuario, como ocurrió cuando fue el encargado de lanzar, sin fortuna, el penalti señalado en el amistoso contra el Girona.