Si en el recinto ferial de Mendizabala existiera la máquina que convirtió al personaje interpretado por Tom Hanks en Big en grande, más de un aita y ama hubiera hecho cola para pedir ese deseo la víspera, solo que esta vez, en vez de para ser un adulto, para volver a ser txiki por unas horas. Las 24, en concreto, que el programa de La Blanca dedica el día 7 a los más pequeños de la casa. Y en el que Edurne y Celedón Txiki, encarnados por Aiora Díaz, de 12 años, de Los Alegríos, y por Eñaut Sáenz de Viteri, de 10 años, Galtzagorri, volvieron a dar la talla en su bajada.
Y no solo por ese "subidón" que provocaron a los txikis desde su aparición en Postas hasta la Balconada de San Miguel, poniendo a bailar y brincar a una Virgen Blanca a rebosar, pese al intenso calor del mediodía, tal y como invitaron a hacer desde el micrófono porque “es un día para pasarlo en grande”, sino también por lo emotivo de su discurso.
Como el “Gora Ekhi!”, por el blusa de 40 años de Galtzagorri fallecido en un accidente de montaña de Navarra, además, cómo no, del “Gora Andra Maria Zuriaren jaiak!, “Gora Gasteiz!” y Gora Celedón Txiki y Gora Edurne”.
El 'hit'
Tras ello, el esperado hit del día: la canción de Celedón, que puso a cantar a menores y mayores, a ondear los pañuelos cuadros de fiestas y hasta una bandera grande de Vitoria por parte de un niño que se encontraba a hombros de su aita debajo del bar La Plaza.
Así, que sí, este jueves, en cierta forma, sí que ha habido magia, como demostraron esos ojos brillantes de emoción de todos esos txikis, abiertos de par en par, casi sin poder creerse que ese momentazo surrealista que le habían contado sus progenitores de que dos muñecos de un blusa y un neska, iban a bajar desde un cable desde el campanario de San Miguel, se hacía realidad.
En tiempo récord
Un descenso que se cumplió en cinco minutos. Uno menos que el que tardó su versión humana en completarlo, cuando pasadas las 12.05 horas, se asomaron por el balcón de Postas, logrando desgañitar a sus fans de la plaza, entre vítores y aplausos.
Dos minutos después, empezaron a atravesarla en tiempo récord, gracias a unos languntzailes de los que Kerejazu debería de tomar nota: los cabezudos, que no dudaron en abrirse camino, a base de zurrazos. Y hasta con metralletas de agua, con las que rociaron a más de uno.
Sobre todo, a todos esos aitas y abuelos a los que se les iba la mano mientras intentaban acariciar a los protagonistas del día o a sus paraguas con la inscripción, este año, de una artista local.
Lo hacían bajo la atenta mirada de los gigantes, que no paraban de dar vueltas desde que llegaron a las 11.45 horas, un cuarto de hora antes desde que Celedón Txiki y Edurne, acompañados de la alcaldesa Maider Etxebarria, y la concejala de Cultura, Sonia Díaz de Corcuera, entre otros miembros de la Corporación municipal, les acompañaran en el lanzamiento del cohete.
Los más codiciados
Se encendía así la fiesta de la Virgen Blanca, llena hasta la bandera, incluso en las zonas en las que el sol pegaba de lleno, porque los más entendidos en la materia ocuparon los huecos más codiciados a la sombra, mucho antes, como los que lo hacían resguardados bajo los primeros edificios de Postas o al lado del bar Deportivo Alavés.
Es el caso de la familia compuesta por Marisa, su marido Tatxi, de Petralak, su hija Paula, el hijo de ésta Amets (de 3 años), el pequeño blusa que llevaba el escudo de los extintos Los Tímidos, y la cuñada de ésta última, Marta, de Belakiak, con su pequeño Bruño, de 2 años. “Aunque casi es mejor que no pongas cuál es el mejor sitio para verlo a la sombra”, aconsejaban entre risas.
Una hora antes, a las once, esta familia cumplía con otra tradición: la de la ofrenda floral a la Virgen, tal y como hicieron Edurne y Celedón Txiki.
“Hoy los niños quieren ser tres cosas: Celedón txiki, del Alavés y Youtubers”, sintetiza Tatxi.
A la conquista del trono
Sus nietos, además, también aspiran a ocupar el trono que este año logró Eñaut Sáenz de Viteri.
Y Daenerys, la vitoriana de 3 años que el día 10 cumplirá 4 años, y que el año pasado por estas fechas confesaba que sus intenciones eran llegar a ser la mismísima Edurne, sigue en ello.
“Todavía no la hemos metido en una cuadrilla, pero estamos en ello”, comentaba su abuela Lourdes, acompañada de familiares con los que no se pierden la ofrenda floral ni la bajada infantil también desde esa taberna.
Entre ellas, Leire, la amatxu de Uxue, de 5 años, que también competirá con su prima cuando llegue el día porque claramente aspira ya a ponerse la corona de las cuatro torres de Vitoria.