Tiago, a sus 17 años, sabe lo que es robar, fumar y depender de drogas para poder sobrevivir. Es uno de los miles de niños y niñas que tienen por hogar las calles de Luanda. Un buen día su padre le dijo que no volviera más a su casa, que si aparecía por allí le cortaría la cabeza. Así comienza la vida en la calle de Tiago. Desde ese día estuvo solo y aprendió todo lo que hay en la calle. La vida para un niño de la calle en Luanda (Angola) es muy difícil. Hay muchos peligros: drogas, violencia, mafias…. Tiago pensaba que “en la calle estaba mejor que en mi casa”. Pero una noche se dio cuenta de que no quería seguir viviendo como lo estaba haciendo, quería ser una persona diferente, tener una casa, un trabajo… “lo normal”, decía Tiago. Así, ingresó en el centro de infancia que los misioneros salesianos tienen en Luanda. Hoy, Tiago acude a sus clases, juega al fútbol con sus compañeros y la sonrisa ha vuelto a su cara.

La vida de Tiago no sería la misma sin las personas que luchan contra las desigualdades y las injusticias y que colaboran con organizaciones de carácter solidario y de desarrollo, como la nuestra, Misiones Salesianas.

Y todo comenzó cuando un día un donativo salió de viaje. El destino, la educación, las mujeres, la capacitación de los jóvenes, la acogida de personas refugiadas, la protección de niños y niñas en situación de vulnerabilidad, el acceso a la salud, la alimentación y el agua… El trayecto no fue fácil. Guerras, mafias, terremotos, incendios, carreteras devastadas, calor, hambre, sed, violencia… Pero nada nos frena a las organizaciones de cooperación para que ese donativo llegue a su destino. Allí se hizo grande en las manos de las contrapartes locales que cada día se enfrentan a duras realidades y a las necesidades de miles de niños, niñas, jóvenes, mujeres…

Desde aquí queremos animar a que muchos más donativos salgan de viaje, a que muchas más personas colaboren en esta aventura… Muchos nos dirán que estamos locos, que no se puede hacer nada ante las injusticias, que no llegaremos nunca… Pero la realidad es que vivimos en un mundo que necesita personas que tengan ganas de acabar con las desigualdades, con las injusticias, de dar oportunidades al que no tiene.

Ofrecemos diversas formas de colaboración para aquellos que desean apoyar nuestra misión, como son las aportaciones económicas, las donaciones en especie, las asistencias técnicas a distancia, el voluntariado en terreno y los servicios probono (profesionales que ofrecen sus servicios de manera gratuita), pero nuestro compromiso es lograr un impacto positivo, eficaz y sostenible, y para ello hemos adoptado un enfoque estratégico en nuestros proyectos y en la gestión de los recursos que prioriza las donaciones económicas sobre las donaciones en especie cuando se presenta esta disyuntiva.

Las donaciones en especie requieren que los bienes donados encajen con las necesidades de la población. Estas necesidades, en emergencias humanitarias pueden variar muy rápidamente en situaciones de crisis y deben ser evaluadas por los equipos de respuesta humanitaria en terreno.

Las donaciones en efectivo nos proporcionan una flexibilidad y agilidad que nos permite responder con gran eficacia y eficiencia a las necesidades emergentes de las comunidades locales, adquiriendo in situ los productos necesarios y, cuando no es posible, haciéndolo en los países vecinos. Gestionar donaciones en especie, sin embargo, suele implicar una serie de desafíos logísticos significativos, desde el almacenamiento hasta el transporte y la distribución, y estos procesos no solo son costosos sino también complejos en el tiempo por el proceso aduanero.

El manejo de fondos en efectivo nos permite implementar sistemas más transparentes y efectivos de seguimiento y rendición de cuentas a través de nuestros informes. Podemos monitorear y reportar cómo se utilizan los fondos con mayor precisión, garantizando a nuestros donantes que sus contribuciones están teniendo el impacto y el alcance deseado. Este nivel de transparencia es más difícil de lograr con las donaciones en especie, con las cuales el seguimiento de cada artículo puede ser complicado y menos preciso.

Las guerras, la violencia, las desigualdades, la vulneración de derechos… nos interpelan cada día a todos y todas, y las organizaciones que pertenecemos a la Coordinadora de ONGD de Navarra queremos que muchas personas se animen a probar este viaje que proponíamos. Personas comprometidas con las personas. Si eres una de ellas, te invitamos a este viaje. #EsHoraDeCooperar #ElkarlanerakoOrduaDa

La autora es responsable de Comunicación de Misiones Salesianas. Entidad de la Coordinadora de ONGD de Navarra