Al marido de Blanca le cayó el otro día una multa gorda por aparcar el coche obstaculizando un paso de peatones. Tres minutos tardó en subir a casa, dejar un paquete y bajar, pero el guardia no tuvo piedad. Órdenes del Ayuntamiento. Blanca, en cambio, estaciona todos los días en doble fila cuando deja a su hijo Alex en la ikastola. Obstaculiza, como el resto de padres y madres, la circulación de toda la manzana, pero el policía allí apostado no sólo no le sanciona sino que, pacientemente, se dedica a ordenar y regular las dobles filas de vehículos. Una ardua labor, no se crean, porque fácilmente pueden convertirse en triples. Órdenes del Ayuntamiento. El gobierno de Javier Maroto considera que este caos diario a la entrada de los centros escolares no se soluciona a base de denuncias, que hay que concienciar a los progenitores, y eso lleva su tiempo, no se soluciona de hoy para mañana. Esperemos que no cueste veinte años como la estación de autobuses. Entretanto, el marido de Blanca tendrá que pagar la multa, mientras ella se va de rositas. Órdenes del Ayuntamiento. Eso sí, dentro de unos años, cuando Alex acerque cada mañana a sus niños a clase sabrá que puede dejar el automóvil en doble fila sin temor a que le caiga una multa, porque así le han concienciado.
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