Arrancan hoy los trabajos de la ponencia sobre "la actualización del autogobierno como expresión de la voluntad política del pueblo vasco", un foro que contará con la presencia de todas las fuerzas parlamentarias y cuya conformación se decidió con el apoyo de PNV y PSE. En aquel Pleno de febrero ya quedó claro que el derecho a decidir -finalmente no mencionado en el acuerdo- sería motivo de controversia, por un lado con la bancada de EH Bildu, pero también entre los dos impulsores del foro. Y así lo ha sido en los últimos días, con una escalada dialéctica entre jeltzales y socialistas que ha adoptado tintes de bronca, hasta el punto de que el Gobierno Vasco acababa terciando el martes para intentar apaciguar los ánimos. Un escenario escorado más de lo deseable hacia el intercambio de adjetivaciones de trazo grueso que, lejos de favorecer el indispensable clima de diálogo y mesura que requiere un debate de este calado, hace temer por momentos que esta ponencia pudiera acabar convertida en herramienta de uso partidista y electoral, dado el calendario. No hay que perder de vista que este foro echa a andar en vísperas de las elecciones europeas, pero que sus trabajos -dada la importancia del tema a tratar y los usos parlamentarios- se extenderán sin duda a 2015, con el horizonte de las municipales y forales. Otro elemento ha venido además a activar los discursos en torno a los límites que debería o no tener esta ponencia: la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la declaración soberanista del Parlament catalán y sus consideraciones en torno al derecho a decidir. Un fallo en el que también se hace una apelación a la clase política al advertir de que los poderes públicos "son quienes están llamados a resolver mediante el diálogo y la cooperación" los problemas que pueda suscitar en el orden constitucional la voluntad de alterar el estatus jurídico de una parte del Estado. Pues bien, al margen de otras consideraciones sobre esta sentencia, ese debería ser el reto en primer término: el diálogo y el contraste serio y plural. Todo ellos sin limitar el alcance de las propuestas de un foro cuya esencia es precisamente el debate democrático, sin despreciar de salida los fundamentos ideológicos de las principales sensibilidades políticas del país y, por tanto, sin ignorar la realidad de la sociedad vasca a la que esta ponencia representa.