año nuevo... ¿viejos vicios? Es evidente que el simple hecho de pasar una página del calendario no significa nada en sí mismo, pero muchos de los que se afanan en mantener intacto el statu quo de los últimos tiempos llevan semanas vendiéndonos 2014 como la vuelta a la normalidad, o sea, a la abundancia, incluso a la opulencia. El año en el que ya vivimos será el de la recuperación económica, el de la creación de empleo, el del regreso del crédito bancario. ¿En qué se basan para afirmar tales cosas los que mandan, los que nos han quitado el empleo, los sueldos, el crédito, los pisos, las pensiones y muchos, demasiados, derechos hasta hace poco incuestionables? Todos albergamos la esperanza de que así ocurra, lo necesitamos. Pero el hecho es que casi nadie se lo cree. Porque nunca se ha sabido a ciencia cierta el porqué de esta crisis. Si los presuntos expertos también se la encontraron de sopetón, ¿por qué confiar ahora en vaticinios optimistas? Filtran informes de que se venden más casas, más coches. Dicen que la gente vuelve a gastarse el dinero en rebajas, hasta baja la prima de riesgo, esa que nos presentaron hace poco como el termómetro de nuestra existencia. ¿Qué ha cambiado para que todo mejore de repente? Tenemos menos dinero y más miedo que nunca pero la economía va a mejorar... no cuadra. A no ser que no hayamos vivido una crisis sino un reajuste impuesto por algunos a la mayoría para ponernos en nuestro sitio, es decir, abajo. Ahora aflojan un poco las bridas, no sea que nos desboquemos. ¿Hasta cuándo vamos a seguir aguantando?
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