se ve venir. El Gobierno subirá hoy la luz entre el 3% y el 4%. Un día después de congelar, otro año más, el salario mínimo interprofesional en 645 euros mensuales y de que Montoro vaya avisando de que eso de bajar los impuestos en 2015 será según y cómo y a ver a quiénes, o sea, que de lo prometido nada. No hablamos ya de compromisos electorales incumplidos, ahora Rajoy y sus ministros se desmienten y matizan a sí mismos en cuestión de semanas y que nos den. Pues eso, que cinco de arena y otras cinco de arena. De cal nada, monada. Todo esto es la previa, por cierto, a que el ahora escondido Soria anuncie que no tiene más remedio que reabrir Garoña y, de paso, inaugurar cinco o seis centrales más que es muy irresponsable quejarse de la subida de la luz cuando no estamos ni siquiera dispuestos a correr el mínimo riesgo que supone convivir con reactores y residuos nucleares. En fin, que a ver cómo venden ahora que la luz sube un 3% mientras nos siguen empobreciendo sin remisión. Muy fácil: el Gobierno ha conseguido frenar la insaciable voracidad de las eléctricas que se pusieron de acuerdo para endosarnos un 11% más en las facturas. Lo que no sé es cómo reaccionarán nuestros dirigentes cuando vean que el pueblo no les aplaude con las orejas sino que mantiene el gesto huraño y desagradecido, impasible ante sus esfuerzos por jodernos menos de lo que parecía. No nos cortan la cabeza, sólo las manos. Y encima seguimos dudando de su bondad y su misericordia. No nos los merecemos.