ESTA ciudad nuestra, Gasteiz, debe de estar hipnotizada por todo lo que huela a capitalidad. Y da lo mismo de qué. Para empezar, lo es de la CAV, CAPV o Euskadi, al gusto, aunque no todos los habitantes de la CAV, CAPV o Euskadi se lo acaban de creer. Lo es también de Araba, cuestión sobre la que, hasta donde sé, no cabe discusión. Lo ha sido verde europea, y no sé si el hecho de haberlo sido supone mantener durante unos años más el logotipo y el color como algo propio: green fuimos, green somos y sostenibles continuaremos. Y ahora lo somos gastronómica de la España toda. En esta historia hay una cuadrilla que se enriquece, y no son los hosteleros de Gasteiz, y menos aún sus habitantes: hay que pagar un canon a los ideólogos, y como debemos de vivir tiempos de abundancia, nuestras magnas instituciones ponen el pastón de nuestros bolsillos: ya hemos gastado 125.000 euros; esperen un año a ver la factura final. Estupendo, pues. Propongo, vista la disposición del personal con mando en plaza a ser capital de algo cueste lo que cueste, presentarnos a cuantas oportunidades de coronarnos existan; y si no existen, ya habrá alguien que las invente: Capital Española de las Mil Baldosas, Capital Española del Auditorio Abortado, Capital Española del Proyecto Soterrado, Capital Española de las Viviendas Vacías, Capital Española de los Humedales Cercanos a Ciudades, Capital Española de las Antenas de Telefonía Agrupadas, Capital Española de los Locutorios Vigilados... Gasteiz, capital de capitales, gran capital para el capital.