- Esta vez no ha sido Europa lo que convulsiona al Partido Conservador, pero una moción de censura contra el primer ministro británico, Boris Johnson, por el Partygate ha puesto de manifiesto el alcance de una formación profundamente dividida, plagada de ambiciones personales y temerosa de perder el poder.

Al igual que muchos de sus predecesores tories, Johnson afrontó el lunes una moción de censura interna de su partido después de que más del 15% de sus diputados le retirasen la confianza, formalmente por carta, debido al escándalo de las fiestas en la residencia oficial Downing Street durante las restricciones por la pandemia.

El primer ministro británico pidió ayer “pasar página” para centrarse en la labor de gobierno en la primera reunión con sus ministros tras ganar la moción de censura dentro de su propio grupo parlamentario.

Johnson superó el desafío a su liderazgo gracias al voto a favor de 211 diputados conservadores (un 59%) frente a 148 que se pronunciaron en contra, si bien su posición ha quedado debilitada y es susceptible a nuevas presiones en los próximos meses.

“Este es un Gobierno que cumple con lo que más le importa a la gente de este país”, afirmó Johnson, que destacó la gestión gubernamental durante la crisis sanitaria y para paliar los efectos de la alta inflación. “Me comprometo a continuar cumpliendo con estas prioridades. Estamos del lado de los británicos trabajadores, y vamos a seguir adelante con la tarea”, dijo.

Johnson consiguió superar la moción, pero nada menos que 148 diputados (el 41%) lo hicieron en contra, un resultado que fue peor que los que obtuvieron los antiguos primeros ministros Theresa May y John Major en sus respectivas mociones de censura internas.

El puesto del primer ministro está a salvo a corto plazo, ya que no puede convocarse otra moción en un año, pero su autoridad política ha quedado claramente debilitada y algunos diputados y analistas anticipan que su futuro tiene los días contados.

En este contexto, muchos diputados sin cargos ministeriales temen un varapalo en dos comicios parciales que se celebrarán en Inglaterra en dos semanas, que puede ser preludio de la pérdida del poder de los tories en las próximas generales (previstas para 2024) si Johnson continúa como líder de la formación y primer ministro.

Así, el diputado conservador Tobias Ellwood, presidente del Comité de Defensa de la Cámara de los Comunes, pidió un cambio de ministros en el Gobierno y aseguró que a Johnson le quedan “meses” en su cargo, posiblemente hasta el congreso anual de la formación este mes de octubre. “Hay mucho trabajo por hacer. Ahora se requiere una reorganización, nuevos talentos y centrarse en los grandes problemas”, añadió Ellwood.

El resultado mostró a un partido casi dividido por la mitad: por un lado los cercanos a Johnson, de perfil euroescéptico y con visibles aspiraciones de liderazgo, como el titular de Economía, Rishi Sunak, o la de Exteriores, Liz Truss, frente a otros que han quedado relegados a un segundo plano, como el proeuropeo Jeremy Hunt, exministro de Exteriores y Sanidad, también con claras ambiciones de ser el nuevo líder. Las mociones de censura han sido una constante en el Partido Conservador en los últimos 32 años. l

“Ahora se requiere una reorganización, nuevos talentos y centrarse en los grandes problemas”

Diputado ‘tory’

“Estamos del lado de los británicos trabajadores, y vamos a seguir adelante con la tarea”

Primer ministro británico