Mesa de Redacción
Deseos para 2026
Quedan pocas horas para la llegada del 2026 y, al igual que ustedes, tengo mi lista de deseos. Puede que los que estén en mi mano se materialicen por pura cabezonería, pero los que dependen de terceros ya son otro cantar. Para el que escribe estas líneas, cada vez más cerca de cumplir el medio siglo de existencia, la prioridad seguirá siendo la salud y la de todos los que me rodean.
En cuanto a la economía, vienen curvas pese a que vivir con cierta dignidad, ya no hablo de lujos innecesarios, debería ser un principio básico. Los entendidos en la materia nos han alertado de que el nuevo año llegará cargado de subidas de precios en todos los frentes que asfixiarán un poco más a las familias. Al margen de que cientos de miles de jóvenes sigan sin poder emanciparse y la vivienda sea el símbolo más claro del fracaso en medio de la desidia política, da miedo acudir hoy en día a un supermercado, una tienda o un concesionario, como acabo de comprobar recientemente.
Nuestros quebraderos de cabeza residen en la manifiesta incapacidad de nuestros gobernantes para resolver los problemas cotidianos de la gente. El dinero no llega para casi nada mientras los peces gordos siguen forrándose. Esta desigualdad, lejos de resolverse, continúa in crescendo y los hastiados ciudadanos de la calle deberíamos rebelarnos.