Esto apunta a ruina. Los acontecimientos climatológicos que han provocado una catástrofe humana sin parangón en la historia reciente del Estado parecen solo el preámbulo de lo que llegará en el futuro. Gotas frías, borrascas, danas, temporales, lluvias torrenciales, inundaciones... Mira que los expertos han avisado por activa y por pasiva sobre la intolerable tendencia de la Humanidad a destrozar el planeta para satisfacer sus necesidades. Hasta la fecha, y me temo que aún durante muchos años más, cualquier advertencia ha sido tomada por el pito de un sereno, con una temeridad que se intensifica con perfiles políticos muy concretos a los que mejor les vendría empezar a leer libros antes que abrir la boca para negar lo innegable. Incluso, con los valencianos sepultados en barro y en dolor, todavía he escuchado cómo algunos pamporreros mediáticos ligados a las opciones más ultramontanas del espectro político arremetían con amenazas contra científicos y meteorólogos por poner negro sobre blanco los excesos que han contribuido a que el número de muertos generados por la DANA haya llegado a cifras traumáticas. En fin, supongo que esto no tiene remedio, así que será mejor apretar los dientes para intentar capear el temporal.