enguaraz e impertinente delegada del Gobierno español en la Comunitat Valenciana: Este es el minuto, no solo en que no ha sido destituida, sino en que sigue sin pedir perdón por su intolerable bocachanclada de anteayer. Mire que hay formas sencillitas en el manual de condenas para mostrar la más enérgica repulsa por las violaciones grupales que se están volviendo endémicas en el territorio de su ejercicio administrativo. Pero usted sale con la infame pregunta que sigue: "¿Qué os está pasando a los hombres con la cultura de la violación?". Hay que contar hasta cien para no mandarla a esparragar. Y una vez terminada la cuenta, es preciso preguntarse si no es capaz de diferenciar entre todos los hombres y los hombres que violan. Es bien fácil. l