- Pertenezco a la generación que se dormía escuchando cómo José María García ponía a caldo de perejil a Pablo-Pablito-Pablete Porta, a la sazón, presidente de la real federación española de fútbol (perdonen que no ponga mayúsculas) y primer pimpampum del entonces todopoderoso comunicador. Luego, el individuo que “se comía al niño Jesús y se bebía el agua de los floreros” fue sustituido por un tal José Luis Roca, al que Butanito, juraría que ya en otra emisora, motejó Pedrusquete. Otro chupóptero para la colección que le dio el relevo a Ángel María Villar Llona, quien se eternizaría en el cargo (1988-2017) y que también protagonizaría corruptelas que lo llevarían a la cárcel de Soto del Real. Tras el interinato de Juan Luis Larrea, ya con Supergarcía convertido en fósil del pleistoceno, se estrenó como jefe de la cosa Luis Rubiales, el tipo anunciado como soplo de aire fresco que supuestamente llegaba para terminar con las prácticas oscuras de la sacrosanta entidad. Vaya puntería.
- Lo avalaba su currículo como jugador paquete y, sobre todo, sindicalista que promovió alguna sonada huelga de peloteros. Vamos, que venía con pedigrí de progre, incluso de rojeras. Pero, quizá por la maldición de la poltrona o por la más básica condición humana, no tardó en revelarse como el enésimo cacique que, volviendo a citar a García, venía “a servirse y no a servir”. Y, con la carrerilla cogida, ya no había quien lo detuviera, como acabamos de comprobar en las bochornosas conversaciones con su aliado y amiguete Gerard Piqué para agarrarse un pelotazo llevando los partidos de la Supercopa a ese ejemplo de respeto por los Derechos Humanos que es Arabia Saudí.
- Venimos de la golfería cósmica de las mascarillas de Madrid, pero los integrantes de este dúo que se trata entre sí como Rubi y Geri no tienen nada que envidiar a los dos megapijos que se lo llevaron crudo con los tapabocas. Al contrario, podían darles clases, como se desprende de los audios. “A ver, Rubi, si es un tema de dinero, si ellos [el Real Madrid] por ocho irían, hostia tío, se paga ocho al Madrid y ocho al Barça... a los otros se les paga dos y uno... son 19, y en la federación os quedáis seis kilos, tío. Antes de no quedaros nada, os quedáis seis kilos. Y apretamos a Arabia Saudí y a lo mejor le sacamos... le decimos que si no, el Madrid no va, y le sacamos un palo más o dos palos más”, se le oye decir en un momento al defensa del Barça y amasador de pasta por encima de banderas y principios. Todavía anteayer el fulano decía que no tiene nada de lo que avergonzarse. Pues eso.