Mientras el PP se va dejando la ventaja en sus auto enredos con Vox, Pedro Sánchez sigue su frenética gira de entrevistas vis a vis. La del domingo con Évole batió records de audiencia entre los amanuenses diestros, que hoy cargan contra el presidente español en sus columnas, mayormente, por llorón.
"Hay una norma que tiene que asumir cualquier político y es que a la política se viene llorado"
“Sánchez, a la política se viene llorado”, le sermonea Francisco Marhuenda desde su homilía en La Razón. El mensaje, el de la canción de La Lupe, los suyo es puro teatro: “Ahora hemos descubierto su capacidad para el teatro. No es Fernando Fernán Gómez o Adolfo Marsillach, pero hubiera hecho un papel digno en el instituto interpretando algún personaje como Ricardo III de Shakespeare. Hay una norma que tiene que asumir cualquier político y es que a la política se viene llorado. Ahora ha dado un giro trumpista siguiendo los pasos del expresidente estadounidense y ha decidido quejarse de que los medios de comunicación ni le quieren ni le entienden”.
"El presidente va de gira por los medios cantando la nana de Goytisolo sobre el lobito bueno al que maltrataban todos los corderos"
En ABC, Ignacio Camacho tira en la comparación por el lobito bueno del poema de Goytisolo que musicó, entre otros, Paco Ibáñez: “El presidente va de gira por los medios cantando la nana de Goytisolo sobre el lobito bueno al que maltrataban todos los corderos. Se proclama objeto inocente de una fobia irracional, de un odio cavernícola que lo señala como réprobo, y aunque la impostura parezca difícil de colar está cosechando un cierto éxito porque el adversario no sale de su enredo”.
El Mundo trae hoy dos columnas y un editorial sobre la charla en LaSexta. Y ninguno muy partidario. Aquí lo que dice el editorial: “Un relato que lo sitúa como víctima de unos poderes oscuros que se niega a desvelar, atribuye cualquier crítica a intereses antidemocráticos y subraya el desconcierto de la campaña socialista: mientras aparenta desligarse de los aliados extremistas con los que ha gobernado –Podemos, Bildu y ERC–, el presidente imita el discurso más antipolítico de esos socios”.
En la página anterior, Maite Rico dispara sus las balas dialécticas por el mismo flanco: “La noche del domingo, Sánchez volvió a ser el héroe incomprendido y abnegado, inclusivo y resiliente. Atacado «por los poderes establecidos», como el prócer Pablo Iglesias, aunque para poder establecido, la jefatura del Gobierno. El problema lo tienen los demás. Su error es sólo uno y siempre el mismo: ser demasiado bueno y no defenderse del malvado contubernio de «la-derecha-política-económica-mediática». «Ha estado achantado», apuntó Évole, que pasó al “usted” y por momentos ejercía de coach. ¡Achantado! ¡Sánchez!”.
"Nunca un presidente tan poco votado gozó de tanto apoyo mediático, fuera por afición o por subvención"
Y en el espacio superior, cómo no, Jorge Bustos arrojando luz azul: “Una constelación de medios privados y públicos iluminaba los andares del hombre que ahora gimotea por platós, emisoras y redacciones a las que ni siquiera tuvo que acercarse cuando le bastaba el control remoto o el servicio a domicilio en La Moncloa. Nunca un presidente tan poco votado gozó de tanto apoyo mediático, fuera por afición o por subvención. Ya ha olvidado la toma relámpago de El País y RTVE, que tuvo algo de cabalgata wagneriana, y no nos referimos al compositor”.
En Libertad Digital, Pablo Molina saca una conclusión que ya hemos visto apuntada más arriba. Sánchez busca cambiar pena por votos: “Parece ser que el propósito de Pedro Sánchez en la entrevista con Jordi Évole era dar pena. Pobrecito presidente del Gobierno. Su señora tuvo Covid, sus padres tuvieron Covid y su suegro estuvo ingresado en cuidados intensivos con Covid. Tremendo testimonio. Y es que nadie más en España tenía la enfermedad. Contada la peripecia por Sánchez con esa carita de yo-también-soy-un-ser-humano, las noches de Zelenski bajo las bombas en Kiev parecen una soplapollez”.
"Me derrumbé y rompí a llorar a moco tendido cuando el buen Pedro denunció que se ha creado una burbuja de antisanchismo"
Terminamos con el subdirector de El Debate, Luis Ventoso, que tira mano, más de ironía, de sarcasmo: “Raro será el español que no siga sujeto al clínex y moqueando de compasión tras asistir a la denuncia que hizo Mi Persona de las penalidades que sufre por la infecta conjura que mantiene contra él la «derecha política, mediática y económica». Confieso que me derrumbé y rompí a llorar a moco tendido cuando el buen Pedro denunció que se ha creado «una burbuja de antisanchismo», que emplea «una estrategia de deshumanización» contra él. Los ataques son de tal calibre que el pobre hombre se ha visto obligado a hacer más bolos televisivos que Kiko Matamoros”.