Hoy la cosecha de entrecomillados viene de carril. El presidente español, Pedro Sánchez, ha hecho un retoque mínimo en la distribución de carteras de su gabinete porque dos ministras se le van de candidatas. A la prensa de orden, cómo no, le ha sabido a poco. Ya imaginan qué cabezas querían que rodasen...
"La noticia es que Irene Montero continúa como ministra de Igualdad"
“E Irene Montero sigue en el Gobierno”, titula su pieza Pablo Planas en Libertad Digital. Toda ella es un berrinche por la continuidad de la ministra de Igualdad: “La noticia es que Irene Montero continúa como ministra de Igualdad. Poca broma. Dos de las leyes más polémicas de la historia de España llevan su impronta. A saber, la ley sueltavioladores y la ley trans. Contra viento y marea, que no contra Sánchez, Irene Montero ha sacado adelante dos normas que deberían haber provocado su cese fulminante tras la presentación del borrador de ambos zurullos. Pero hete aquí que ese despiadado 'killer' político que responde al nombre Sánchez, Pedro Sánchez, se nos viene abajo con el caso Irene porque el pacto de Gobierno con Pablo Iglesias establece que a los ministros de Podemos los nombra y los cesa Pablo Iglesias, otro feroz matasiete”.
Al lado, Cristina Losada suma sigue: “El único cambio merecedor de ese nombre era romper la baraja y echar a Podemos. Esto hubiera sido una crisis contra la crisis. Pero expulsar a Podemos del cielo que no asaltó y dejar dentro a Yolanda Díaz era llevar a campo abierto la guerrita que tienen ambos. Una batalla campal dejaría a Díaz demasiado lejos de Podemos y demasiado cerca del PSOE como para desempeñar el papel que le reservan los socialistas”.
En The Objective, la carabina dialéctica de Jorge Vilches apunta y dispara sobre las mismas presas: “Muchos querían que Sánchez echara un par de huevos a la sartén y se deshiciera de Irene Montero. Es normal. No ha habido ministra de izquierdas que hiciera más daño a la causa desde los tiempos del GAL. Pero Su Sanchidad no ha querido su sustitución. Lógico. Podemos vive en una guerra civil permanente, en un idus de marzo constante, y mantener a las podemitas y animar al tiempo a Yolanda Díaz supone conservar el equilibrio de fuerzas para que se desgasten ambas partes”.
"La crisis de Gobierno que los ciudadanos realmente esperaban era la sustitución de Irene Montero e Ione Belarra"
Exactamente en las mismas anda Pedro J. Ramírez, que dedica el torrencial editorial de El Español al lamento por la no destitución de la parte morada del Gobierno: “En cualquier caso, y aunque se daba por hecho que Sánchez no iba a romper la coalición, la crisis de Gobierno que los ciudadanos realmente esperaban era la sustitución de Irene Montero e Ione Belarra. Sobran los motivos, en fin, para cesar a estas dos ministras. Como también para haber destituido en este intercambio de carteras a Fernando Grande-Marlaska, cercado por sus insatisfactorias explicaciones sobre la represión del asalto a la valla de Melilla, el acercamiento de presos etarras a las cárceles del País Vasco o la extraña dimisión de la directora general de la Guardia Civil”.
El Mundo le dedica a la remodelación nada menos que cinco páginas, que en primera se presenta bajo el titular “Barones del PSOE lamentan ir al 28-M con el lastre de Podemos”. En el editorial, el enunciado lleva más vitriolo: “Sánchez constata su dependencia de la izquierda populista”. Como en los entrecomillados anteriores, la clave está en no haber echado a Montero y Belarra: “La sensación es que el presidente ha concluido que proteger a las ministras de Podemos es protegerse a sí mismo. Sin embargo, el mensaje que manda a la sociedad es muy pernicioso. En quizá la última oportunidad que ha tenido para depurar responsabilidades dentro de su Ejecutivo, ha decidido ponerse de perfil”.
“Crisis de andar por casa”, resume en el encabezado el editorialista de La Razón. Y no, no falta la alusión inevitable: “El presidente ha decretado un cierre de filas con reivindicación incluida de la coalición con Unidas Podemos, que reeditará si los números cuadran. Sánchez ha perdido otra oportunidad de sanear un equipo manifiestamente desgastado, con casos escandalosos como los de Irene Montero y Marlaska. Pero eso habría rebatido el relato de un gobierno envidia de Europa, autor del «milagro» español”.
" A Patxi ya no le incomodará que le apoyen los filoetarras"
Más original, el director del diario azulón, Francisco Marhuenda, deja de lado a las dos ministras de Podemos y dedica su dardo al hoy portavoz del PSOE en el Congreso: “Entre los que pueden estar contentos se encuentra Patxi López, porque se le abre un horizonte muy gratificante en su carrera política. Gómez era su antecesor y él ya puede aspirar a ser ministro, con una cierta confianza de éxito, si el frente de izquierdas e independentista consigue una mayoría suficiente tras las elecciones generales. A Patxi ya no le incomodará que le apoyen los filoetarras”.
Cerramos con otra mención a quien fue lehendakari. Esta la firma Ignacio Camacho en ABC: “A Héctor Gómez le quitaron la portavocía parlamentaria porque chillaba poco –no como Patxi–, era demasiado cortés y su suave acento canario le rebajaba el tono. El presidente necesitaba en su lugar a un tío de Baracaldo, mozo bravo dispuesto a vilipendiar a grito pelado a quienes lo hicieron lendakari sin pedir nada a cambio”.