El grupo municipal del PNV en Vitoria-Gasteiz se ha sumado a la petición del Partido Popular para reclamar "la paralización del macrocentro" de personas refugiadas en el barrio de Arana, por ser "un modelo insostenible, inadecuado y contrario al modelo vasco de acogida, que apuesta por centros más pequeños que ofrecen una acogida y una atención más personalizadas".
La responsable del PNV en el Ayuntamiento gasteiztarra y concejala de Espacio Público, Beatriz Artolazabal, ha demandado "la paralización" del proyecto que, por primera vez, ha calificado como de "macrocentro", durante el pleno municipal celebrado este viernes en la capital alavesa.
El debate ha escenificado la ruptura municipal del PSE y PNV en este asunto, donde cada partido del Gobierno local ha presentado su moción a raíz de una propuesta del PP, en la que demandaba la paralización "inmediata y definitiva" de este centro y donde no se ha alcanzado un consenso, ya que cada partido ha apoyado su propia iniciativa al respecto.
Artolazabal ha mostrado la postura "en contra" de su partido a llevar a cabo este recurso, "tal y como está concebido, porque no da respuesta a las necesidades que las personas refugiadas necesitan", por lo que ha solicitado su "paralización".
GOBIERNO CENTRAL
Frente a este proyecto, la 'jeltzale' ha defendido el "modelo de acogida vasco que lo gestionamos entre todas las instituciones vascas con el modelo asociativo vasco que sí que creemos da respuesta a las necesidades que estas personas tienen para una integración real en nuestra sociedad".
"Una integración que necesita de apoyos comunitarios y de muchos elementos para que sea real desde el punto de vista de la educación, la sanidad, las políticas sociales y la vivienda", ha añadido.
Asimismo, ha señalado que el PNV "no llega a un acuerdo con el PP" en esta cuestión, "porque no compartimos su discurso cuando asocia, en muchas ocasiones, la inmigración con la delincuencia o la inseguridad".
La edil ha criticado que se está llevando a cabo una "decisión unilateral del Gobierno central sin diálogo con el Gobierno Vasco, ni con la Diputación Foral de Álava, ni con el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz" y ha lamentado "profundamente esa falta de coordinación y de respeto a un modelo que hemos construido entre todos y todas".
"Cuando esas personas terminen su estancia en el centro, van a necesitar una vivienda, atención sanitaria, escolarizar a sus hijos y acompañamiento social y, me preocupa porque, si yo no estoy confundida, las instituciones vascas y el ayuntamiento, en gran medida, van a tener que asumir todo esto", ha argumentado.
CHOQUE PSE-PP
Por su parte, la concejala del PP Marta Alaña ha vuelto a demandar "la paralización del macrocentro" de refugiados en Vitoria-Gasteiz, ya que "no cuenta con consenso ni político, ni social".
Alaña ha calificado como de "engañosa" la propuesta de la alcaldesa para reducir de 350 a 200 su número de plazas, al señalar que, según el proyecto que se está ejecutando, tiene una capacidad de 350 plazas en dos edificios, el A, con 200 plazas, y el B, con 150 plazas.
"Un macrocentro de 200 plazas seguiría siendo inasumible para una ciudad como Vitoria-Gasteiz, por la no adecuación del modelo y por la saturación en que se encuentran ya muchos servicios públicos", ha comentado, para recriminar "la unilateralidad y discrecionalidad con que el Gobierno de España ha gestado este proyecto".
La alcaldesa, Maider Etxebarria, ha tomado la palabra "por alusiones del PP hacia su persona", para "aclarar y que quede constancia", de que "no está justificando, en ningún caso, la reducción de plazas por el rechazo social".
"Me llama la atención que ustedes, que no llegan a ver el genocidio en Gaza, puedan llegar a ver tanto miedo y tantos problemas de convivencia por un centro. El rechazo social lo quieren generar ustedes con fines partidistas y, con este discurso del odio, se están convirtiendo en una marca blanca de Vox", ha interpelado.
El concejal de Convivencia y también socialista, Pascual Borja, ha asegurado que su partido "no va a permitir que se utilice el dolor de quienes están huyendo de la guerra como munición partidista". "Lo que necesita Vitoria no es ni miedo ni enfrentamiento, es responsabilidad, cooperación institucional y políticas que garanticen derechos sin dejar de cuidar la convivencia en nuestros barrios y calles", ha señalado.
Borja ha censurado que "el PP vuelve a utilizar el centro de refugiados de Arana como excusa para agitar, dividir y sembrar miedo", para defender que "es compatible el derecho de asilo sin dejar de proteger los servicios de la ciudad".
"Estamos planteando la mejora de la colaboración interinstitucional y de la coordinación, porque la creemos necesaria. Además, hemos propuesto que el centro de Arana no sea un espacio cerrado, sino que se convierta en un recurso para la ciudad, abierto al barrio, útil para la convivencia y generador de vínculos sociales. Esto es Derechos Humanos", ha zanjado.
"BUSCAR UN CONSENSO"
La portavoz de EH Bildu, Rocio Vitero, ha expuesto que el modelo de Arana no es el que su partido defiende, ya que "un modelo de 350 o de 200 plazas no es adecuado, porque no apoya a la inclusión, ni ayuda a la atención personalizada, ni a los itinerarios individualizados".
"Este proyecto responde al modelo 'low cost' que ha aplicado unilateralmente el PSOE, sin dar información en ningún momento sobre este centro, ni llamarnos para una sola reunión, ni tener en cuenta los sistemas de protección que son necesarios para poder atender a este volumen de personas", ha reprobado.
Vitero ha dicho que "la falta de colaboración institucional" y la "mala gestión" en este asunto está siendo "aprovechada por el PP para hacer campaña, azuzar el miedo y el ruido", mediante una moción "con olor a racismo".
Por último, la portavoz de Elkarrekin, Garbiñe Ruiz, ha censurado que "pedir la paralización del centro no es buscar una solución". "Prefieren mirar hacia otro lado, mientras que las personas refugiadas van a seguir llegando y nuestra obligación es, de alguna manera, darles una acogida digna y ordenada y no dejarlas en la calle", ha determinado.
"El reto no es sumarse aquí en detractores y no detractores de este centro de refugiados. No es decidir qué número de personas tienen que estar o no tienen que estar, el reto es trabajar juntas para definir un modelo de acogida digno, sostenible y adaptado a nuestra ciudad, porque Vitoria-Gasteiz es una ciudad solidaria", ha sentenciado.