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El Pleno de Vitoria-Gasteiz rechaza elaborar un reglamento de laicidad municipal

Elkarrekin demanda "la neutralidad religiosa de los actos desarrollados por el Ayuntamiento"

El Pleno de Vitoria-Gasteiz rechaza elaborar un reglamento de laicidad municipalDNA

El Pleno del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz ha rechazado una iniciativa de Elkarrekin, en la que demanda elaborar y aprobar un reglamento de laicidad municipal, con el objetivo de que "quede garantizado en el municipio el cumplimiento del mandato constitucional de aconfesionalidad del Estado y de libertad religiosa".

PSE, PP y PNV han votado en contra de la iniciativa, que ha contado también con la abstención de EH Bildu y el voto favorable del grupo proponente en el pleno municipal de este viernes.

La portavoz de Elkarrekin, Garbiñe Ruiz, ha demandado "ir más allá", para criticar que "el Ayuntamiento incluye habitualmente actos religiosos en diversos eventos municipales, a pesar de ir en contra del artículo 16 de la Constitución Española".

A su juicio, "la presencia de miembros de la corporación municipal en su función de cargos públicos en eventos religiosos o la presencia de símbolos o actores religiosos en determinados eventos municipales puramente institucionales contraviene ese mandato constitucional de aconfesionalidad".

Ruiz ha remarcado que su propuesta de reglamento municipal de laicidad tiene como único objetivo "garantizar la neutralidad del Ayuntamiento, y en ningún caso, que se dejen de hacer celebraciones y festividades religiosas".

"Los representantes públicos, es decir, los concejales y la alcaldesa no deberían participar en estas celebraciones como representantes de la corporación. El cumplimiento efectivo del principio de aconfesionalidad supone un indicador de calidad democrática", ha concluido.  

 "GENERAR CONFLICTOS"

Por parte del Gobierno, la concejala de Igualdad, Ana López de Uralde (PSE), ha dicho "entender el espíritu de la moción", pero ha rechazado realizar un reglamento municipal, ya que "no es el camino adecuado por razones jurídicas y de prudencia institucional".

Según ha argumentado, "transformar en norma lo que hasta ahora se ha resuelto con prudencia y con diálogo institucional, puede convertir una solución práctica en un instrumento que etiquete y que prohíba, generando conflictos donde ahora mismo no los hay".

La concejala de Gobierno Abierto, Miren Fernández de Landa (PNV), ha señalado que "el Tribunal Constitucional señala la laicidad positiva en la consideración de la realidad social del municipio", por lo que ha apelado a "no caminar hacia una neutralidad absoluta, sino considerar el componente religioso que existe en nuestra sociedad y apoyar en mantener relaciones con las diferentes confesiones, atendiendo a esa realidad social".

"No es contrario al principio de laicidad que los cargos públicos acepten y asistan a invitaciones a actos no culturales y sí de carácter religioso organizado por entidades. Los cargos públicos pueden acudir a actos religiosos como autoridades, ya que su asistencia cumple una función social, cultural y representativa, sin imponer ni promover ninguna fe", ha añadido.

Por su parte, el concejal del PP Aitor González ha asegurado que "el sentir mayoritario de la sociedad vitoriana es cristiano y el calendario laboral de España está basado en las festividades cristianas, les guste o no".

VIRGEN BLANCA

"Nuestras fiestas patronales son en honor a la Virgen Blanca y forman parte de nuestra tradición, historia e identidad como ciudad", ha comentado, para zanjar que "los concejales participamos libremente en esas festividades religiosas y si quieren, van, y, si no quieren, no van".

Por último, el concejal de EH Bildu Alberto Porras ha mostrado la abstención de su grupo ante una "moción abstracta" y ha declarado que, tras estudiar los reglamentos de laicidad aprobados en otras ciudades, no les parece que incidan en "los cambios que realmente necesita este Ayuntamiento".

Aún así, ha señalado que el Ayuntamiento "aún tiene camino por mejorar" respecto a esta cuestión, al poner como ejemplo que, en el caso del cementerio, "el capellán nombrado por la iglesia católica tiene funciones que corresponden claramente a personal municipal", lo que "no es admisible hoy en día".