Hombres de negro con corazón de oro en Vitoria

El gasteiztarra “El pelos” estacionó este mediodía del domingo su Harley Davidson granate en la Virgen Blanca con Mari Jose “de paquete” a la que convirtió en motera por un día, tras un recorrido de media hora desde la calle Urartea, en Jundiz, donde está la sede del Motorbike Rock Club La Perdición, gracias a la novena edición de la iniciativa Biker Transformer. Una cita que se ha convertido en ineludible para Ascudean, ya que sirve de actividad divulgativa y de concienciación de esta asociación alavesa integrada en la actualidad por 400 familias cuidadoras y personas dependientes.

“Yo llevo seis años participando. Me animé porque nos gusta colaborar en todo esto. Fíjate qué alegría trae Mari Carmen”, decía señalando a su acompañante de la parte trasera.

“Que soy Mari Jose”, aclaraba ella para sorpresa de él.

“Que no le cambies el nombre. Que es Mari Jose”, le vacilaba otro de sus compañeros de La Perdición, nada más escucharlo.

“Es la primera vez que voy en moto, pero ha ido bien. No he tenido miedo”, aclaraba orgullosa esta joven con síndrome de Down.

A 30 grados, pero a gusto

Hasta el calor lo llevaron con una sonrisa y eso que para esa hora el mercurio ya superaba los 30 grados.

“Con botella de agua fresca se lleva bien”, mostraba él.

¿Y con el chaleco negro de cuero también? “Lo mejor es eso”, presumía este hombre de negro, con corazón de oro, uno de los 50 participantes de esta caravana solidaria “que se ha hecho un poco más lenta de lo normal, por temas de seguridad”.

No faltó un photocall en General Loma a su llegada, y tampoco una paella, con un centenar de comensales apuntados, y un rockshow para la sobremesa, con Álex Ferreira, o como le rebautizó "El pelos", “Hierro, creo que es el apellido”.

“¿Y luego bailaremos, verdad?”, preguntaba a Mari Jose sabiendo de antemano la respuesta.

Stand informativo

También en General Loma, Ascudean desplegó este domingo un stand informativo, con Izaskun Aguirrezabal, que lleva la bolsa de Empleo y Formación, al frente, junto a otros miembros de esta agrupación, que se encargaban de repartir folletos y de vender manualidades, como llaveros y broches hechos con el mimo y cariño de socias, como África, toda una manitas en el arte del ganchillo.

“Desde 2003, han estado en Ascudean 1.250 familias. Estamos aquí para divulgar. Necesitamos que nos conozcan más, pero ahora mismo sí que es una asociación conocida. Nos gustaría que la gente supiera el esfuerzo que hacemos para facilitar todas las labores que hacemos para las familias cuidadoras”, destacaba Aguirrezabal.