Las principales autoridades del territorio alavés, encabezadas por el lehendakari, Imanol Pradales, no han faltado a la misa que ha oficiado el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, en la basílica de Armentia celebrada a las once de la mañana en el día grande de Álava.
Así, en primera fila se ha podido ver al diputado general, Ramiro González, a la alcaldesa Maider Etxebarria, a la presidenta de las Juntas Generales, Irma Basterra, y a la subdelegada del Gobierno, Mar Dabán, flanquedos por junteros, concejales, así como por representantes de la Junta Administrativa de Armentia y de la Junta Directiva de la Cofradía de San Prudencio.
Entre ellos, el presidente de esta última, José Ramón Marín.
En segunda fila, también se ha visto a la consejera de Cultura, Ibone Bengoetxea, al diputado de Gobernanza, Iñaki Gurtubai, y a la diputada de Hacienda, Itziar Gonzalo.
Tras ellos, un numeroso público que ha abarrotado esta iglesia basílica cuyo titular es San Prudencio.
"El mismo perfil"
La homilía del obispo ha estado en este año envuelta por la reciente partida del Papa Francisco.
“Es eucaristía ofrecida por su alma y homenaje a un Papa, cuyo afecto y liderazgo han trascendido los límites de la Iglesia. El mismo perfil que reconocemos en San Prudencio, ángel de la paz”
“Es eucaristía ofrecida por su alma y homenaje a un Papa, cuyo afecto y liderazgo han trascendido los límites de la Iglesia. Ha sido el Papa de la paz y de la reconciliación, de la misericordia y el perdón, del diálogo y la sinodalidad. El mismo perfil que reconocemos en San Prudencio, ángel de la paz”, ha destacado.
En esta línea ha recordado que “ambos compartieron una mirada profunda sobre el sufrimiento humano. San Prudencio, en una época de conflictos, llevó consuelo a los corazones heridos, y el Papa Francisco, en un mundo globalizado pero dividido, más cercano pero polarizado tras trincheras ideológicas, clamó por una Iglesia pobre para los pobres, por puentes en lugar de muros, por una humanidad reconciliada con la tierra y entre sí y por una Iglesia abierta, valiente y que caminase hasta las periferias del mundo”.
Trump y Zelenski
Elizalde ha subrayado el papel de la Iglesia también estos días.
“Las dos sillas en la basílica vaticana con Trump y Zelenski frente a frente son signo de esperanza y homenaje al Papa Francisco”, recordándolo como una “contribución de la Iglesia”.
El prelado también ha advertido, siguiendo la estela del Papa, que “una Iglesia que no sirve, no sirve para nada”.
“La fiesta de San Prudencio, en la muerte del Papa Francisco en plena Pascua, es una llamada al servicio humilde y a la humilde contribución desde lo mejor de nosotros mismos”.
"No es momento de prepotencia y juicio"
El obispo de Vitoria, ante las autoridades y numeroso público, ha insistido en ello:
“No es momento de prepotencia y juicio. Yo lo denunciaba en el funeral del Papa.
“A los que ven la Iglesia solo como una institución antigua e invitan a no dar un paso atrás en los cambios efectuados, yo les invito a reconocer en conciencia qué pasos adelante han dado en estos 12 años. Se suelen erigir como jueces por encima del bien y del mal y dentro de la Iglesia creo que han dado muy pocos pasos en su maduración cristiana y fuera de la Iglesia, en su compromiso ciudadano. Flaco favor a la memoria del papa Francisco”.
Por ello, “es hora de superar los complejos y asumir con naturalidad nuestra identidad cristiana. No para imponerla a nadie, sino para compartirla como lo que es: un don que hemos recibido y que queremos ofrecer a quienes buscan un sentido más profundo para sus vidas”.
Música solemne
El coro San Prudencio, colocado en el ábside del templo, ha puesto la música solemne a esta celebración en la que han participado el vicario general, Carlos García Llata, y otros 15 sacerdotes de Vitoria, quienes han acompañado la imagen del santo antes del comienzo de la misa en una procesión encabezada por las reliquias de San Prudencio en manos del obispo.
Tras la misa, varios aurreskus y danzas han honrado al patrón de Álava frente al pórtico de esta iglesia románica.