La capital de Álava ha amanecido en el día grande de su patrón envuelta en un espeso manto de niebla que se ha quitado de encima a ritmo del tradicional Zortziko de San Prudencio y de un desayuno a base de un txupito de moscatel y de bizcochos.

Es el detalle con el que ha querido obsequiar la Diputación Foral a los alaveses más madrugadores que no se han querido perder la interpretación que desde las nueve de la mañana ha realizado la Banda de Txistularis y de Trompeteros desde las escalinatas del Palacio de la Provincia.

Lo ha hecho bajo la atenta mirada del diputado general, Ramiro González, escoltado a su izquierda por el diputado de Euskera, Igualdad y Gobernanza, Iñaki Gurtubai, y a su derecha por la diputada de Cultura, Ana del Val.

Su primera vez

"Nos hemos animado este año porque lo teníamos pendiente en nuestra agenda del día 28"

Jone y Rocío - Asistentes al Zortziko

En el caso de las vitorianas Jone y Rocío, era la primera vez que iban a verlo. "Nos hemos animado este año porque lo teníamos pendiente en nuestra agenda del día 28", explicaban.

Pero para nada las ha dado pereza que la cita empezara tan pronto. Y eso que ayer exprimieron el día todo lo que pudieron. "Dimos una vuelta, nos fuimos a cenar, tomamos un traguito y luego ya nos fuimos a casa, pero como ya somos "mayores" nos despertamos pronto", recordaban entre risas.

Veterano en la cita

"Tengo 77 años y desde crío siempre estamos aquí desde las nueve de la mañana"

Ricardo Sáez de Heredia - Abad de la Cofradía de la Virgen Blanca

Entre esos asistentes, también se encontraba Ricardo Sáez de Heredia, abad de la Cofradía de la Virgen Blanca, hasta que encuentre nuevo sucesor o sucesora.

Todo un veterano en el Zortziko, como reconocía. "Tengo 77 años y desde crío siempre estamos aquí desde las nueve de la mañana", concretaba.

Este año acudió con su sola presencia, pero no le duro mucho esa soledad, porque fue poner un pie en la plaza y encontrarse con amigos, como Jesús Moraza, que ha sido director de la Banda de Txistularis del Ayuntamiento y profesor del Conservatorio Jesús Guridi, entre otros cargos, así como con otros conocidos de la Manuel Iradier, que también estaban por allí.

Vamos, que se juntó con una buena cuadrilla, en un visto y no visto.

¡Arriba todos los alaveses!

Poco después, las campanas de San Pedro repicaron indicando que ya eran las nueve de la mañana.

Así, la Banda de la Diputación empezó a tocar las primeras notas del Zortziko de San Prudencio, que sonó por vez primera a finales de los años 60 tal día como hoy, para poner "Arriba todos los alaveses, de alma sencilla y buen corazón", y en el que, como recomienda su letra, "buenas tortillas de perrechicos, con huevos frescos y buen jamón, que son los útiles más convenientes para este día de animación".

Apenas tres minutos después, acababa con los sonoros aplausos del respetable, en su mayoría de avanzada edad, salvo media docena de blusas y neskas de Txolintxo y Biznietos de Celedón, así como otros jóvenes familiares de la Banda.

Pese a ello, todos se animaron a subir a la escalinata para posar para la foto de familia y a sonreír, bajo el grito de "¡Patata!", como no podía ser menos en el día grande de los alaveses.