Semejante a la cigüeña, pero algo más pequeña y de plumaje grisáceo o verdoso, las garzas zancudas de penacho oscuro en la cabeza y pico amarillento asentadas en los humedales de Salburua son fuente de preocupación en el Ayuntamiento de Vitoria.
Su rápida reproducción durante los últimos años, de 48 parejas en 2019 a 198 en 2024 está perjudicando la masa de agua de la balsa de Betoño, al igual que hacen otras especies invasoras, caso de la carpa y del cangrejo rojo, que afectan a las plantas acuáticas y, por lo tanto, a la capacidad de autodepuración del humedal.
Degradación de la balsa
En el caso de la colonia de garzas, al igual que las palomas corroen con sus heces los edificios de la ciudad, las garzas degradan el fondo de la balsa con la fuerte carga de materia orgánica generada por sus excrementos.
Es una de las conclusiones a la que ha llegado el Ayuntamiento sobre el origen de la mala calidad del agua de la balsa de Betoño.
La colonia de estas aves zancudas se ha incrementado de manera notable, de 48 parejas en 2019 a 198 en 2024
No obstante, los técnicos son conscientes de que no es la única causa. Además de las cacas de las garzas, hay otras aportaciones desconocidas que contribuyen a empeorar el estado de la balsa de Betoño.
A pesar de los análisis realizados, no se obtiene un resultado demasiado concluyente. Es evidente el proceso degradativo de la calidad del agua, pero sin definirse un origen claro.
Por ello, a lo largo es este año, el Ayuntamiento analizará la situación más en profundidad para conocer al detalle las fuentes principales de impacto, además de los excrementos de la numerosa colonia de garzas, y poder adoptar soluciones que atajar un problema que persiste y no remite, como esta semana ha quedado claro en el Ayuntamiento.
Especies invasoras como la carpa y el cangrejo rojo también suponen una amenaza para la balsa de Betoño
“A lo largo de 2025 afinaremos el diagnóstico de dicha laguna, de cara a poder adoptar medidas correctoras o paliativas del proceso de degradación existente en sus aguas”, avanzó el martes el concejal Pascual Borja ante la denuncia de EH Bildu.
Balsa de Arkaute
Medidas correctoras como las que ya se están adoptando en el caso de la balsa de Arkaute para derivar los vertidos de los sistemas de depuración fuera de este humedal.
En este sentido, la sociedad de aguas de Vitoria Amvisa finalizó en febrero las obras de derivación del sistema de saneamiento de la localidad de Arkaute a la red de colectores de Vitoria, evitándose dicho vertido a la balsa de Arkaute.
Además, esta derivación ha sido sobredimensionada para poder hacer a futuro la misma actuación con las aguas del saneamiento de la gasolinera y de la granja modelo de Arkaute.
Desecación estival
“Esta última actuación ya está en fase de redacción del proyecto”, puntualiza Borja.
Además, a raíz de los estudios realizados se toman medidas paliativas como la desecación estival, de cara a favorecer la oxidación de la mayor cantidad posible de la materia orgánica retenida en los fangos de las balsa.
Esta herramienta ya se aplica desde 2019, con un vaciado forzado de las aguas de las balsas de Arkaute y Betoño a primeros de agosto, cuando acaba el periodo reproductor de las especies palustres.
Especies invasoras
Esta solución ayuda, asimismo, a controlar las dañinas poblaciones de las especies exóticas e invasoras.
“En el Ayuntamiento somos consciente de esta situación desde hace años y nos preocupamos por el deficiente estado ecológico de estos humedales, especialmente en lo referente a la calidad del agua retenida”, sostiene Borja.