La ilusión del día... y de la noche

Lo han vuelto a lograr. Precedidos por unos misteriosos e imponentes dragones blancos,  Melchor, Gaspar y Baltasar han sido los protagonistas que, un año más, han congregado a miles de personas en las aceras de las arterias principales de la capital alavesa para verles desfilar por ellas.

Superhéroes de Marvel, el Rey León, pingüinos danzantes... la cabalgata de los magos de Oriente ha recorrido la capital alavesa repartiendo ilusión –y caramelos– entre los más pequeños. Por supuesto, los grandes protagonistas han sido Melchor, Gaspar y Baltasar, cuyos nombres han sido coreados al paso de sus carrozas y que han respondido incansables saludando todo el tiempo. 

Y es que la tradicional Cabalgata de los Reyes Magos ha desprendido su particular magia entre los txikis, que han aguardado con ilusión y nerviosismo su aparición a las 19.00 horas de la tarde en una cita que ha mantenido su recorrido habitual: desde la Plaza de Bilbao, para recorrer las calles Francia, Paz, Ortiz de Zárate, Florida, Ramón y Cajal, Micaela Portilla, Lascaray y finalizar en el cruce de la Avenida de Gasteiz con Beato Tomás de Zumárraga.

Junto a los 300 participantes, un total de siete las carrozas han dado brillo a Gasteiz. Las tres primeras con la fantasía como temática, otras tres de los Reyes Magos –puesto que cada uno cuenta con una carroza propia– y una última desde la que se han lanzado los esperados caramelos; a puñados y a ambos lados de la calle, llegando así a todo el público. Asimismo, seis grupos de teatro y música han acompañado a sus majestades de Oriente. Ha repetido Todozancos, y se han sumado otros como Kervan, la compañía Salamanca Planetarium, la asociación Afroamericana o la comparsa de Abetxuko; entre muchas otras.

PETICIÓN ESPECIAL

Tal y como solicitaron diferentes asociaciones de Trastornos del Espectro Autista, en el último tramo del recorrido, la cabalgata ha bajado su volumen para que aquellas personas con autismo o problemas de audición puedan disfrutar de una forma cómoda de la presencia de los Reyes Magos en su noche estrella horas antes de su paso por los hogares; en los que mañana se disfruta de un rico roscón.