Con escasas horas de descanso en el cuerpo, o ninguna en el caso de aquellos que esta madrugada han hecho tiempo en los conciertos de las Txosnas, blusas y neskas de Basatiak han pasado la mañana de este 9 de agosto –último día de La Blanca– entre fogones bajo los rayos de un sol que comenzaba a calentar con más intensidad.
Picando abundantes cantidades de cebolla, pimiento verde y chorizo han estado a eso de las 9.00 horas una veintena de jóvenes gasteiztarras cuando DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA se ha acercado hasta el recinto vallado que prepararon en el corazón de la Plaza Nueva; frente al escenario que estos días ha acogido diferentes conciertos para el disfrute de la ciudadanía.
"Para que puedan comer aquellas personas que lo pasan mal, para hacer del mundo un sitio mas justo y mejor, un evento que saca lo mejor de nosotros"
Por lo que día simbólico para Basatiak este viernes, que ha abierto su jornada desde bien temprano con su tradicional degustación solidaria Con voluntad comemos todos; cuyos beneficios se destinarán al Banco de Alimentos de Álava. “Para que puedan comer aquellas personas que lo pasan mal, para hacer del mundo un sitio mas justo y mejor, un evento que saca lo mejor de nosotros...”, ha señalado la cuadrilla de 350 miembros en un comunicado a sus blusas y neskas.
Porque entre baile y baile, el apetito se abre. Y cuando es solidario, sabe mejor. Además, la tradición gastronómica también la mantienen con el plato a servir: patatas con chorizo. O como ellos mismos lo denominan: “patatas benéficas”. En este sentido, locales y visitantes han podido disfrutar de exquisitas cucharadas calientes por tan solo un euro “y la voluntad si se quiere”.
Horas previas a recibir el gentío entre la 13.00 y las 15.00 horas, que han aguardado fila en el vallado dispuesto para ello, el aceite ya brillaba en las ocho cazuelas gigantes colocadas junto a las cajas de patatas; con posibilidad de elevar ese número de recipientes a diez en caso de ser necesario.
Kilos y kilos para el sofrito
Unas patatas con chorizo deben “llevar un buen sofrito”, de ahí la cebolla y el pimiento verde; además de picar un poco de ajo a parte. Sin ir más lejos, cinco kilogramos de cebolla por bolsa; y no han sido pocas; veinte de chorizo y, en el caso de las patatas, ya venían peladas. “Listas para guisar con la idea de quitar trabajo a los basatis”, ha comentado divertido Yonah Leza, uno de los blusas que se ha estrenado por primera vez en la cuadrilla. Concretamente, en torno a unos 200 kilos de patatas, según ha podido calcular a ojo.
"El año pasado tuvimos menos afluencia de gente por el calor que hacía, pero la verdad es que suele venir bastante"
Lo de todos los años, porque el menú no cambia. “Siempre se ha hecho patatas con chorizo”, ha asegurado Eneko González, otro blusa de la cuadrilla, mientras cargaba con una carretilla repleta de bolsas de hielo. “El año pasado tuvimos menos afluencia de gente por el calor que hacía, pero la verdad es que suele venir bastante”, apostilla.
“Patatas con chorizo y vino, Coca Cola para los niños”, ha soltado con cierta sorna. Porque el cuenco solidario tenía que ir acompañado de un buen trago; y más a la gustosa hora del vermut.
Pero este brebaje solidario no ha sido la única iniciativa que desarrolla esta cuadrilla durante las fiestas de Gasteiz, puesto que en el día grande de los pequeños de la casa, con la bajada de Celedón Txiki y Edurne el pasado día 7, organizan talleres infantiles bautizados como Basatilandia; donde este año destacaron actividades como el pintacaras.
Carajillo o destornillador
Tras poner fin a un emotivo acto solidario, era el momento perfecto para disfrutar de una de las tradiciones de La Blanca que Basatiak contempla en su programa de fiestas. Así pues, como cada tarde sobre las 16.00 horas, ha llegado el turno del carajillo; aunque hay quien lo sustituye por el cóctel destornillador; coloquialmente conocido como destorni. Y que mejor que hacerlo en los dos inconfundibles bares de la Cuesta de San Vicente: Aldapa y Txistu.
"Digamos que es una excusa para beber, porque vas a terminar haciéndolo de un modo u otro"
Una cita de alrededor de una hora; ya que a las 17.00 horas, les espera la kalejira de ida. Y no cualquiera, sino la última de estas fiestas. Y después de recorrer Dato y Florida, toca jugar al quinito en la lonja de la que disponen. “Se juega con un cubilote y unos dados, al estilo mentiroso. Digamos que es una excusa para beber, porque vas a terminar haciéndolo de un modo u otro”, bromea Leza.
Con la txaranga
"Cantamos la canción de una forma divertida, con gestos como ordeñar, batir la leche merengada además de ir restando una palabra cada vez en el siguiente inicio de la canción"
Uno de los momentos más divertidos que también destaca Basatiak en su programa es el cántico popular de La Vaca Lechera en las escaleras que conducen a la Balconada de San Miguel. “Cantamos la canción de una forma divertida, con gestos como ordeñar, batir la leche merengada además de ir restando una palabra cada vez en el siguiente inicio de la canción”, detalla.
Y todo ello al ritmo de su txaranga, que buenamente les acompaña durante todos estos días de jolgorio. “Compartimos con ellos todas las comidas y paseíllos. Al final son miembros de la cuadrilla”, ha afirmado el joven novato basati. En este sentido, no duda en compartir que “lo mejor” de formar parte de la cuadrilla “es la gente”, “la hermandad” que entre todos y todas han creado a lo largo de años –en el caso de veteranos– y días en el de aquellos principiantes.
