Las manos prodigiosas de Iñaki García para sí las quisiera el hada madrina de la Cenicienta porque no necesita ni las siete palabras de magia del Bidibi Badibi Bu ni varita para transformar calabazas en lámparas con forma de seta o de cualquier otra ingeniosa desde la localidad alavesa de Uzkiano (Urkabustaiz).
Y para muestra, lo boquiabiertas que se han quedado todas esas personas que se han acercado a su puesto, uno de los 14 que desde el 27 de marzo y hasta este domingo han participado en la feria de artesanía de primavera Lan ta Lan, que promueve en la plaza Celedones de Oro la asociación Artisau con el apoyo del Departamento de Comercio del Ayuntamiento de Vitoria.
En su caso, es la tercera vez que viene a Lan ta Lan. “He vuelto a participar en ella porque ahora tengo un perro y me convenía también quedarme cerca. Así, podía y venir a casa todos los días”, explica con humor el responsable de Kuia.
A él, la inspiración de hacer lámparas de calabaza, le vino en Estambul, cuando vio algo parecido, “y se me metió en la cabeza y empecé a investigar y a romper calabazas”.
"En esta edición es en la que más he vendido por la experiencia, porque tengo cada vez más producto y porque me voy acercando cada vez más a lo que el cliente quiere”
Y como precisa, “en esta edición es en la que más he vendido por la experiencia, porque tengo cada vez más producto y porque me voy acercando cada vez más a lo que el cliente quiere”.
Mezclar mejunjes
En otro puesto cercano, Maite García de Cortázar, de Lamia Biocosmética, de Manurga (Zigoitia), tiene el don de recuperar la vitalidad de la piel gracias a productos de biocosmética, como el gel limpiador facial, que no lleva jabón, y no altera el PH, por lo que va especialmente para las sensibles, “ya que no reseca y la deja jugosa”.
“Siempre me ha gustado el tema de las plantas medicinales y de la fitoterapia, desde chiquitita, como mezclar mejunjes, y cuando tenía veintipico años, coincidió que mi piel estaba fatal. Se volvió supersensible, hice un par de cursos. Me enganchó y quise saber más y entenderlo todo”.
Así que dejó atrás su profesión anterior, de traductora, que “no tenía nada ver”. “Llevo ya siete años y nunca me he arrepentido de este cambio, aunque ser autónoma es otro mundo, pero me encanta. Trabajar es un disfrute. Es muy emocionante y motivador para mí”, recuerda.
Y así nació Lamia, un nombre que escogió porque sonaba bien con todos los idiomas “y al mismo tiempo, me inspira estos bosques nuestros, llenos de musgo, helecho, riachuelo...”
Como los que ve ella, al vivir a las faldas del Gorbea. “Y también por ese guiño a la mitología vasca, con las lamias”, agrega.
“Vengo a esta feria porque soy de la asociación y me gusta. Es un buen punto de venta, de conexión con clientes y clientas”
En cuanto a Lan ta lan, lleva en ella desde los inicios de esta feria, hace siete años, “porque soy de la asociación y es una feria que me gusta. Es un buen punto de venta, de conexión con clientes y clientas”.
Y también se vende bien, “aunque este año hemos notado un poquito de bajón, también es verdad que hemos cambiado las fechas, hemos añadido la de Pascua y sí que hay compañeros que dicen que ha sido un poquito más floja esta semana”.
Respecto a lo que cambiaría de esta feria, “a mí me gustaría que fuera en la Virgen Blanca. Esta calle, aunque sea muy céntrica y pase muchísima gente, pasamos frío y corriente y por la terraza, mucha gente no nos ve”.
“Me he animado porque está cerca, porque conocía a Mónica, de Flamenca y Morada, y porque había estado en el Medieval y me había ido muy bien”
Amaya Barahona participa por primera vez en esta feria. Ha venido desde Cavia (Burgos), donde tiene un taller en su casa. “Me he animado porque está cerca, porque conocía a Mónica, de Flamenca y Morada, y porque había estado en el Medieval y me había ido muy bien”.
‘El mito genital’
Y le han demandado de todo. “Ha estado bastante mezclado. Soy Gestora Patrimonial, una rama de Humanidades, e ilustradora y estampadora textil. Tengo varios proyectos. Uno es el de combinar ilustración y divulgación. Son libros que autoedito sobre la historia de las creencias, folklore mágico, y éste, que ha gustado bastante, dice mientras muestra El mito genital”.
Aparte, tiene camisetas de su otra marca, con la que lleva diez años: Manojito de claveles, "que es con la que empecé y me gusta jugar con el folklore, los iconos pop y darles una vueltita de tuerca".
Balance
"Este año hemos visto también mucho turismo, que la feria también se crea para eso y para que la gente de aquí tenga otra cosa más que hacer, y hemos hecho esta Semana de Pascua, en vez de empezar antes de Semana Santa”
El balance que hace María García Hermoso, presidenta de Artisau, es positivo, “estamos contentos. Todas las ferias son positivas, porque vendas o no vendas, de aquí siempre salen cosas: siempre sale algún pedido y te llama alguien. En cuanto a artesanos que han venido de otros sitios, hemos generado muy bien ambiente entre nosotros y eso para empezar es muy importante, porque si la gente no está a gusto, las cosas son complicadas. Este año hemos visto también mucho turismo, que la feria también se crea para eso y para que la gente de aquí tenga otra cosa más que hacer, y hemos hecho esta Semana de Pascua, en vez de empezar antes de Semana Santa”.
También García Hermoso tiene puesto propio, el de Maryahermoso, en Lan ta Lan. Lo hace con dos productos: prendas que se pueden hacer con un telar y tapices.
Un ejemplo de aplicar la lana merina, pero como si fuera óleo. “En una feria de Navidad llevé tres paisajes y los vendí ese mismo día. Es otro reto, conseguir que parezca que está pintando y es muy divertido hacerlo. Así le das vida a la lana”.
Gracias a productos como esos, Lan ta Lan ya se asocia a artesanía.
Aunque si estuviera en su poder, la presidenta de Artisau dice que daría una vuelta al formato de la feria “por el de la carpa cerrada de Navidad (la que se instala en la plaza de la Diputación), porque es más acogedor, estamos compartiendo, unos, frente a otros, y con más calor”.