La sociedad municipal de autobuses urbanos de Vitoria (Tuvisa), como muestra de su “voluntad” para frenar las movilizaciones previstas para los meses de enero y febrero, que pueden desembocar en una “huelga indefinida y total” a partir del 3 de marzo, ha ofrecido en la tarde de este lunes al comité una nueva propuesta centrada en la intensificación de servicios, “lo máximo” que podía dar, tal y como ha resumido el presidente de Tuvisa, Iñaki Gurtubai. Sin embargo, para los sindicatos se trata de una oferta “claramente insuficiente, ambigua”, aunque en todo caso hoy el comité se reunirá para analizar la propuesta “en profundidad” y tratar de “sacar lo poco de positivo que a simple vista parece que tiene”, ha señalado a DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA el portavoz del comité, Asier López de Sabando.

La reorganización de líneas, como la 6 y 7, como consecuencia de la llegada del tranvía, fue la gota que colmó el vaso para que la plantilla decidiera iniciar el pasado 5 de diciembre unos paros parciales y manifestaciones en defensa de sus condiciones laborales, por su “calidad y seguridad”, pese al compromiso de la empresa de mantener “el actual número de empleados”.

Vecinos en contra

En el caso de la 6, la de Zabalgana a Arkaiate, por ejemplo, estaba prevista la supresión de la parada frente al colegio Errekabarri de Salburua, lo que hizo que el vecindario se uniera a la marcha del comité que partió el pasado miércoles desde este centro escolar rumbo a la Virgen Blanca, puesto que su alumnado “deberá de caminar más de 600 metros, poniendo en riesgo su seguridad”. Motivo por el que también se emprendió una recogida de firmas a través de internet, que ya lleva unas 900 reunidas a través de la plataforma Change.org.

En el caso de la 7, la de Borinbizkarra-Salburua, peligraba la conexión al Hospital de Santiago y al PAC de Olaguibel, por lo que no gustaba este cambio a los residentes de Zabalgana, al dejar a este barrio, al oeste de la ciudad, sin esta conexión directa.

El motivo de esta modificación, según precisó la sociedad municipal, era que la línea 7 finalizara en la calle Cadena y Eleta, junto a la Catedral Nueva. De esta manera, este bus solo pretendía circular por Zabalgana y esta calle. Una medida que “permite liberar autobuses para destinarlos a los nuevos recorridos”.

Primer día de paros

Y pese a que durante la jornada de este lunes, desde la dirección y presidencia de Tuvisa ya habían anunciado que su intención era enviar una nueva propuesta al comité durante esa tarde, ello no ha evitado que este mismo día se reanudaran los paros parciales, coincidiendo con la vuela al cole y al trabajo, tras las vacaciones de Navidad.

Por eso, las personas que a primera hora se disponían a coger el autobús urbano de Vitoria se han dado de bruces contra ese regreso a la rutina, más duro que nunca, al reducirse las frecuencias de los urbanos, dado que se retomaban esas protestas que el pasado 28 de diciembre respaldó una amplia mayoría, tras una propuesta recibida por parte del Ayuntamiento que calificaron de “inexistente”.

Y es que de cinco a nueve de la mañana, durante todos los lunes, miércoles y viernes de este mes de enero las frecuencias de buses se harán de rogar durante esa franja horaria que es especialmente problemática para llegar a tiempo a los centros de trabajo y de estudios, al coincidir con las horas punta.

Ello, hoy, sin ir más lejos, ha ocasionado no pocas escenas de frustración en las paradas al ver en sus pantallas lo mucho que iba a tardar en llegar el siguiente urbano.

Seguimiento del 100%

No en vano, la cifra de chóferes que secundaron esta primera jornada de paros parciales ha dido de un 100%, tal y como explicaba a este diario un portavoz del comité de huelga compuesto por tres delegados de ELA y UGT, dos de USO, ESK y CCOO y uno de LAB. 

“El seguimiento ha vuelto a ser total. No ha salido ni un autobús que no estaría en servicios mínimos”

“El seguimiento ha vuelto a ser total. No ha salido ni un autobús que no estaría en servicios mínimos”.

Los primeros paros

De esta forma, los trabajadores reanudaban unos paros parciales, tal y como hicieron por primera vez el 5 de diciembre con el objetivo, nuevamente de evitar la pérdida de autobuses en línea, revertir las privatizaciones en Tuvisa, la negociación de un convenio laboral, que haya un registro de jornada efectivo y la publicación en el BOTHA (Boletín Oficial del Territorio Histórico de Álava) de todos los acuerdos alcanzados con la parte social.

 “Reivindicamos la salud de los trabajadores de Tuvisa y la mejora del servicio, tanto en calidad como en seguridad”, anunciaron entonces.

Frecuencias

Para evitar males mayores, el Gobierno Vasco fijó tanto para este lunes como para los otros diez días de este mes en los que habrá paros parciales (10, 12, 15, 17, 19, 22, 24, 26, 29 y 31 de enero) que los servicios mínimos durante ese intervalo horario, es decir de cinco a nueve de la mañana, fueran de un 30%.

No obstante, solo se aseguran las salidas de cuatro paradas terminales, que son las del BEI, L1, L3 y L4.

Además, los usuarios han denunciado en el buzón ciudadano que ni siquiera se cumplieron estos servicios en los paros de diciembre. Una situación de la que plantilla y empresa se han pasado la pelota al tejado del otro.

Carteles

“Estimado usuario/a, para que una línea mantenga la frecuencia prometida por el Ayuntamiento, tiene que haber un determinado número de buses circulando, así que si tu tiempo de espera ha sido superior a la frecuencia marcada es porque faltan autobuses. Tuvisa no está asignando chóferes en todas las líneas. Recuerda que no es culpa del/la chófer y que tienes a tu disposición joja de reclamaciones, los números de Atención Ciudadana (010 o 945 161 100 y la página web del Ayuntamiento)”, rezaba alguno de los carteles colgados estos días en las paradas de Tuvisa.

En resumen, que los retrasos se dan “porque la empresa no saca todos los servicios que debe cubrir”, argumentaba el comité. Una situación que también se da en los servicios al Buesa Arena o a ‘Mendi’.

Por su parte, desde Tuvisa aclaraban que continuaban trabajando igual que antes de que comenzaron los paros. Es decir, llamando al personal disponible que se encuentre en sus días de descanso para intentar cubrir todos los servicios, por lo que, en ese sentido, no había “cambios en ese modo de actuar”.