Hay despedidas que duelen especialmente, sobre todo cuando un establecimiento ha formado parte de una ciudad y de la vida de varias de sus generaciones durante casi 44 años.

Y si ese espacio ha acogido un negocio -además familiar- que parece tristemente condenado a la extinción, un estudio de fotografía, la pérdida duele todavía más.

Se trata de Fotokrom, que este pasado viernes 29 de septiembre cerró definitivamente la última de las tiendas que mantenía en Vitoria, en el barrio de Arana, tras ese camino de más de cuatro décadas.

Pedro García, 'padre' de Fotokrom, con su hija Zuriñe, que ha estado al mando del estudio hasta el pasado viernes. Ambos posaron para DNA cerca del 40 cumpleaños del negocio familiar. Josu Chavarri Erralde

En su momento más álgido, Fotokrom llegó a tener tres sucursales en la ciudad: la que inició el camino en la calle Fueros, en el Resbaladero, en noviembre de 1979; la único que quedaba ya en marcha, abierta desde 1985 en la calle Extremadura; y una tercera en Canciller Ayala.

De los que pocos que ya quedan en pie en la capital alavesa en esta era de Instagram y la inteligencia artificial, era el estudio más longevo.

Sucesivas crisis

Tras las sucesivas crisis que han golpeado al sector, empezando por la económica de principios de la pasada década, siguiendo por la progresiva digitalización y terminando por la pandemia, quien ha sido la última responsable de Fotokrom, Zuriñe García, ha decidido decir adiós.

El estudio sigue contando con una clientela fiel y no le falta el trabajo, pero García ha apostado por el cambio, por acabar con esas maratonianas jornadas de trabajadora autónoma, y desvincularse "totalmente" de la fotografía. Se confiesa, en conversación con NOTICIAS DE ÁLAVA, "cansada".

"Sí es cierto que la tienda ha ido a menos, pero la decisión ha sido más bien por ese cambio personal", matiza Zuriñe, que durante todos estos años ha seguido los pasos de Pedro, su padre -y fundador del estudio-, y Marisa, su madre, quien hasta su jubilación estuvo al frente de la tienda de Arana. El tiempo dirá hacia dónde se dirige ahora Zuriñe.

"Quiero dar sobre todo las gracias al barrio. Se ha ido enterando la gente de que cerrábamos y nos han dicho que se nos va a echar mucho de menos. Es gente que ha hecho fotos para tres generaciones"

Zuriñe García - Fotokrom

Es un momento lógicamente de recuerdos, de tristeza y, fundamentalmente, de emocionados agradecimientos. Para empezar, a la calle Extremadura, donde el último Fotokrom ha resistido nada menos que 38 años.

"Quiero dar sobre todo las gracias al barrio. Se ha ido enterando la gente de que cerrábamos y nos han dicho que se nos va a echar mucho de menos. Es gente que ha hecho fotos para tres generaciones. Nos gustaría agradecerles a todos por haber estado ahí. También a la gente de a diario, de la calle Extremadura, que están todos muy apenados. Estoy contenta de tomar la decisión, pero ha sido un mes muy intenso. Me emociono", apunta Zuriñe.