Conocer el pasado sirve para comprender el presente, pero los estudiantes que este miércoles comenzaron las pruebas de la EAU (Evaluación de Acceso a la Universidad) lo hicieron, sin duda, para mejorar su futuro cuando se examinaron de Historia y lo mismo hicieron con Euskera (Lengua vasca y Literatura II).
Se trataba de las dos primeras pruebas que tendrán que afrontar hasta este viernes con el ánimo de sacar la mejor nota posible para que se les abran así todas las opciones posibles a la hora de elegir carrera y facultad.
Y por muchos años que hayan pasado desde que se instauró este modelo, no faltaron las escenas de repasar los apuntes hasta el último momento, las de revisar mil veces si se ha llevado el DNI y las de cruzar los dedos para que salgan los temas deseados.
Aunque, este miércoles, no hubo suerte, como explicaban los estudiantes consultados, ni con los temas que “cayeron” en Historia ni con el “complicado” examen de euskera, que, a diferencia de otros años, no sirvieron a su salida para relajar tensiones.
“Ha sido supercomplicado”, Jone Ibáñez de Opacua, de Agurain, resumía esta estudiante con la persona con la que hablaba por teléfono nada más salir de la biblioteca Koldo Mitxelena.
“Bastante diferencia”
“Ha sido difícil este año. Aunque euskera no lo he tocado mucho, porque, sinceramente, es un texto de compresión lectora y no puedes estudiar mucho, pero en comparación con los que hemos hecho en clase, había bastante diferencia. Había muchas palabras que no se entendían, el texto era bastante difícil. Cuando al principio me lo he leído, no me enteraba de nada. Me lo he tenido que leer unas cinco o seis veces y ya he intentado tirar”, detallaba, a continuación, Ibáñez de Opacua a este diario.
Tras ello, llegó a la conclusión de que “nos han puesto un texto de compresión lectora que iba sobre neurriak (tamaños) y decían que todo a su debido tamaño está bien, que no hay nada ni bueno ni malo. Y ponía varios ejemplos, como el de que un científico había bebido cianuro, pero como era en pequeña cantidad, no le había pasado nada. Como todavía estamos haciendo modelo covid, nos han puesto a elegir también unas preguntas que tenías que desarrollar con tus palabras, otras que eran tipo test y finalmente, a elegir entre una carta informal y un artículo de opinión”.
Y lo mismo opinaba Haizea Urquijo al finalizar el mismo: “El de euskera ha sido complicado porque el texto para entenderlo era bastante difícil. Y el de Historia sin más, o caía uno o el otro. Del segundo bloque ha caído el tema 9 (Franquismo). No ha caído el que esperábamos: el 12 (La Transición)”.
Estructura del examen de Historia
En concreto, en el bloque A, de temas a desarrollar, podían elegir entre “Fueros y liberalismo: las guerras carlistas y la cuestión foral (1833-1876)” o entre “La creación del estado franquista (1939-1959)”.
La segunda parte constaba de dos comentarios de texto a elegir. El primero era un fragmento de la obra Oligarquía y caciquismo de Joaquín Costa (1901) y el segundo, la homilía del obispo de Bilbao Antonio Añoveros (24-02-1974).
Para Jon Muñoz el tema principal, el del caciquismo era “muy fácil”, y el comentario de texto, de Añoveros le parecía “ un texto importante. Es la primera crítica de la Iglesia al Régimen para que les dejen usar la lengua vasca, que estaba prohibida”.
Claro que él era alumno más que aventajado como profesor de Laudio Ikastola que es. “Zer moduz? Erraza edo zaila?” (¿Qué tal? ¿fácil o difícil?) preguntaba a sus tres primeros alumnos nada más acabar el mismo. “Así, así”, respondían con un gesto con la palma de sus manos. “Esto, al final, es un poco relativo”, aclaraba Muñoz.