Peli Fernández de Romarategui falleció esta pasada madrugada a los 100 años en la residencia sacerdotal Joaquín Goikoetxeaundia, según ha informado el Obispado de Vitoria. En esta residencia ha vivido sus últimos años, pese a ser laico ,y allí realizó sus últimos trabajos artísticos.
La Diócesis de Vitoria ha dado a conocer la noticia de su fallecimiento “con dolor y agradecimiento por su vida”. Así, ha definido a Peli Romarategui como “artesano, misionero y hombre de una profunda fe en Cristo, a quien tanto plasmó en todas sus obras alrededor del mundo”. El funeral se celebrará mañana lunes a las 19.00h en la Capilla Pública de Cristo Rey del Seminario de Vitoria y el entierro será el martes 17, a las 10.30h en Urkiola.
Fernández de Romarategui nació en Vitoria el 30 de enero de 1922, en la calle Herrería. En sus primeros años se formó en las escuelas de El Campillo y en la del Camino de Ali para avanzar en esta linea en la Escuela de Artes y Oficios, recuerda la Diócesis. En su juventud trabajó como ebanista, carpintero y decorador.
Su rechazo a la dictadura le llevó a estar dos años en la cárcel, donde aprendió euskera. Tras volver a la libertad y de nuevo formar parte de grupos diocesanos, en 1955 y como laico decidió incorporarse a las Misiones de la Iglesia en Ecuador, donde estuvo más de 33 años de su vida.
Allí fue donde realizó sus primeras obras importantes trabajando en varias provincias andinas como Ventanas, Ambato o Bahía de Caráquez entre otras muchas localidades. Realizó, subraya el comunicado, todo tipo de labores donde destacó por embellecer las iglesias que otro misioneros estaban construyendo.
Tras su paso por América Latina, regresó a Euskadi a finales de los años 80 fijando su residencia en el Santuario de Urkiola, el cual acoge algunas de sus últimas obras y donde destaca el gran mural de la fachada o la pared del altar mayor de 170 metros cuadrados de superficie e integrado por 850.000 teselas así como diferentes vidrieras de este templo.
Homenaje en 2022
El pasado año la Diócesis celebró sus 100 años con varios actos, destacando el enorme mural en el lateral de la iglesia de San Vicente Mártir, en la calle Las Escuelas, y la misa en homenaje a su centenario celebrada en el Seminario de Vitoria donde el obispo Juan Carlos Elizalde le entregó una maquila en recuerdo "y como agradecimiento por su vida en favor de los últimos".
También Vitoria acogió una exposición en la Sala Vital con algunas de sus obras así como un repaso a las técnicas que utilizaba para realizar sus trabajos.
