El año nuevo ha comenzado con una buena noticia para los consumidores. El Gobierno español ha decidido suprimir durante seis meses el IVA del 4% que se aplica a alimentos de primera necesidad, como el pan, la leche, las legumbres, las patatas, los huevos, las frutas y las verduras; y ha rebajado el Impuesto sobre el Valor Añadido del 10% al 5% al aceite y la pasta. Se trata de una medida llamada a aliviar el terrible efecto que la inflación ha provocado en los bolsillos de la ciudadanía.
La rebaja seguirá en vigor durante seis meses, siempre que la inflación subyacente, que no incorpora alimentos y energía, no baje del 5,5% pues se trata, como ha subrayado el Ejecutivo de Pedro Sánchez, de una medida “excepcional”.
En el comercio minorista vitoriano, sin una posición de fuerza ante los proveedores y al que la noticia de la ha pillado por sorpresa –la medida fue anunciada el pasado 27 de diciembre–, se asume con resignación un descuento que en muchos casos, en mayor o menor medida, ha repercutido en sus cuentas. Quien compró producto el año pasado, es decir, hace tres días, tuvo que abonar un impuesto que ahora no puede trasladar al cliente, y en algunos casos las sumas perdidas por el camino son cuantiosas.
DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA ha constatado en cinco pequeños comercios de la ciudad –una tienda delicatessen y una de venta a granel, dos panaderías y una frutería– cómo la reducción del IVA la han tenido que asumir, al menos en estos primeros días de transición, quienes tratan día a día con los consumidores.
El anuncio de la rebaja del IVA trajo consigo el aviso de que su aplicación era obligatoria, que no se podía repercutir en el cliente. La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, afirmó que la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) velará por que la rebaja se traslade al precio final los alimentos, y habrá sanciones para quien no cumpla.
Aunque la advertencia iba dirigida principalmente a las grandes cadenas de supermercados y distribuidores, en el sector minorista de la capital alavesa no hay dudas al respecto. Todo el mundo se ha afanado, con mayor o menor dificultad logística, para estar al día en el primer día de 2023 en el que han levantado la persiana.
Una “sorpresa agradable” en la panadería
Muchos clientes desconocían ayer que se había suprimido el IVA de los productos más esenciales
En Como el pan de Amama, una de las la panaderías de la calle Badaia, no han tenido demasiados problemas a la hora de adaptarse a la rebaja o supresión del IVA de los productos básicos porque este establecimiento forma parte de La Vitoriana y toda la adaptación informática a la medida ha corrido a cargo de un servicio central.
En todo caso, señala Maite tras el mostrador del comercio tras despachar el pan del día a un cliente, “ha sido todo un poco repentino, ha habido que poner los precios a última hora”.
Según explica, la rebaja en el precio del pan, quizá el producto en el que más se nota la supresión del impuesto, “le ha hecho ilusión a mucha gente, aunque otros nos están diciendo que les parece poca bajada”.
“Ha sido todo un poco repentino, ha habido que cambiar los precios a última hora”
Maite explica que una hogaza de pan “te puede bajar diez o quince céntimos, una barra diez o cinco, y una barra pequeñita cinco céntimos”, y asegura que a algunos clientes les han dado en la panadería “una sorpresa agradable, porque no sabían la noticia”. Además, cree que “es bueno que el pan esté un poquito más bajo”, antes de que el consumo de este bien básico se reduzca.
Las ventas de productos básicos no se han resentido hasta ahora
Los consumidores se han privado a causa de la inflación de alimentos más especiales
En la delicatessen Despri de la calle Gorbea fueron a trabajar ayer dos horas antes de la apertura del establecimiento para cambiar todos los precios. “Además del hecho de que los precios de la fruta y la verdura fluctúan mucho de un día para otro hay que sumar ahora el cambio de los IVA en los ordenadores”, explica Jose, que desde que los precios comenzaron a subir sin control ha notado una bajada de ventas principalmente en los productos más caros.
“El margen nos lo vamos a comer, el pequeño autónomo es al final el que sufre”
“La gente se corta un poco más con los aceites especiales, las mermeladas y ese tipo de cosas, pero lo básico se vende cueste lo que cueste”, afirma el comerciante, muy escéptico con la medida adoptada por el Gobierno. “Esto lo han hecho para que suene muy bonito, pero lo que antes te costaba un euro ahora te va a costar 0,96 céntimos. Mucha cantidad tienes que comprar para que se note el ahorro”, afirma. Además, “ese margen nos lo vamos a comer, el pequeño autónomo es al final el que sufre. Todo esto le vendrá bien a los supermercados, pero con los pequeñitos nada, todo lo que esté comprado de antes, comprado queda”.
En ese primer día de labor de IVA rebajado o eliminado, los clientes de Despri no han notado que la compra les salga más barata, salvo en el caso del pan. “Están acostumbrados a que cueste 1,10 euros y ahora es 1,06 o 1,04. Con los precios unitarios que no van a kilo es más fácil darse cuenta, pero con el peso se nota menos”, afirma.
El interés de los clientes ante el freno a la escalada inflacionista
Los consumidores preguntan en los comercios si se aplica ya la rebaja decretada por el Gobierno central
En el exterior de la frutería Echeverría, en la esquina de la calle Badaia con la plaza Zaldiaran, Noor coloca unos cuantos kilos de naranjas, rodeado de la clientela habitual de este establecimiento de barrio que, en un 2 de enero y tras demasiadas celebraciones, busca comida saludable para rellenar la despensa.
“Hemos comprado un poco más caro y luego han bajado el IVA. Todo el mundo nos está preguntando si hemos bajado los precios, y sí, los hemos bajado, mucha mercancía la hemos comprado hace tres días. Ese dinero ya lo he perdido”, lamenta Noor.
“Tenemos mercancía comprada desde hace más de tres días; ese dinero ya lo he perdido”
Así, el kilo de naranjas que el 31 de diciembre estaba a 1,19 euros ahora cuesta 0,99, y el margen que se le rebaja al cliente final lo tiene que asumir Noor. “Ese es el problema”, afirma el comerciante, que aunque también vende algo de legumbre, ofrece sobre todo fruta y verdura a los vecinos de la zona.
Al menos la medida del Gobierno español aliviará los bolsillos de quienes hacen su compra en Frutas Echeverría, y que vienen sufriendo la escalada inflacionista cada vez con menos paciencia. “Tenemos muchos clientes fijos, y cuando aumentan los precios se quejan muchísimo”, asegura Noor.
Obstáculos informáticos para recalcular los precios del pan
Muchos comerciantes han tenido que modificar de forma manual las tarifas de sus productos
En la degustación y panadería Abendaño, ubicada en la plaza Gerardo Armesto, en el barrio de San Martín, el pan es el único producto afectado por la rebaja del IVA, y aún así a Sandra le generó ayer no pocas molestias la adaptación a la medida decretada por el Gobierno español.
“No lo llevamos mal, pero con nuestra aplicación de TicketBai no podemos poner el IVA a cero, tenemos que llamar a la persona que nos instala el programa para que nos lo haga él”, asegura la responsable del establecimiento.
Así, y hasta que se solvente el obstáculo informático, “tengo que modificar los precios de manera manual, lo que me ralentiza un montón el trabajo, es un rollo”, protesta.
Y todo, reflexiona, “para que la gente se ahorre cinco céntimos, que tampoco es tanto, y solo en el pan blanco, porque los integrales, ecológicos y especiales no tienen el IVA a cero”.
“Tengo que modificar el precio de manera manual y me ralentiza un montón el trabajo”
Al menos en la panadería Abendaño no han tenido que asumir la rebaja impositiva de su bolsillo, pues el pan llega a diario al establecimiento. “Yo no tengo huevos ni leche, pero sé de gente que tiene otros negocios, que tiene mercancía del año pasado, y tienen que vender sus productos sin un IVA que han pagado anteriormente, no me parece justo”, afirma.
Proveedores que suben las tarifas al minorista y absorben la rebaja
La bajada o supresión del IVA se ha producido justo tras un pico en la escalada de precios
Jessica regenta A granel-Pisura, un comercio donde el estocaje es mucho mayor que en tiendas con productos más perecederos, y por ello la rebaja del IVA le ha supuesto un importante perjuicio económico.
“A mí me han hecho la pascua, tengo todo el género comprado, todo el almacén lleno. Yo he pagado ese IVA y no lo voy a a recuperar, realmente hago una bajada de mi bolsillo”, lamenta. Jessica tiene las legumbres compradas desde hace dos meses, y además recientemente hizo “una compra bastante gorda de aceite” a precio gravado que ahora tiene que rebajarle al cliente final.
Además, asegura que los proveedores le han subido las tarifas, con lo cual, “si yo tengo que subir el precio y bajar el IVA el cliente no va a ver esa rebaja, y supongo que a mí me pasará lo mismo en el supermercado o la carnicería”.
“A mí me han hecho la pascua, tengo todo el género comprado, todo el almacén lleno”
La principal queja de Jessica, en todo caso, es la premura con que se ha anunciado la medida. “ No nos han dejado tiempo, con el comienzo de año tienes que calcular muchas cosas y esto lo sabemos desde hace cuatro días. Yo ayer estaba con la comida familiar y cuando acabé me tuve que poner con el ordenador a cambiar los IVA”, explica.
Además, “es un follón porque esto no es un supermercado, que puede tener un informático, tienes que ir precio a precio. Yo todavía no he tenido tiempo para cambiar las etiquetas, y al que me pregunta le explico cuánto se le rebaja”, concluye.