Los vecinos de la calle Zapatería, a la altura del número 93, han visto cómo desde agosto descansar y conciliar el sueño se ha convertido en una tarea imposible ante las continuas molestias que les genera la actividad del bar Woody.

Este mítico local de la noche gasteiztarra se ha reconvertido en un after y desde el pasado 26 de agosto, cuando se produjo el cambio de titular de actividad, acumula cinco expedientes abiertos graves "al batir todos los récords que tenemos en el Ayuntamiento", ha remarcado el concejal de Gestión Ambiental, César Fernández de Landa.

A este retahíla de sanciones se le suman alguna inspección de salud que se ha pasado por el local e intervenciones de la Policía Local generadas por los ruidos en la calle Zapatería. Las intervenciones concretas serán detalladas mañana por la concejala del área, Marian Gutiérrez, en respuesta a la pregunta que el PP ha planteado para esa comisión.

La propiedad del local adeuda por esos cinco expedientes en curso un total de 5.652 euros, según los importes de las denuncias. Dos expedientes son por valor de 1.201 euros, cada uno, y podrían acarrear hasta un cierre de la actividad de cinco años.

Los otros dos más onerosos asciende a 1.250 euros, cada uno también, y por último la sanción menos gravosa de cuantas tiene abiertas supone una propuesta de multa de 750 euros.

Esas sanciones están interpuestas por haberse detectado en tres ocasiones un incumplimiento del nivel de ruido en la vivienda situada sobre el bar, mientras las dos restantes se deben a un mal funcionamiento del equipo de música, según las fuentes consultadas por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.

Ha sido el representante del PP, Alfredo Iturricha, el que ha preguntado por estos datos al responsable de Gestión Ambiental y, por ahora, el Ayuntamiento no tiene constancia de que haya en curso alguna solicitud de licencia para otro local por parte del mismo propietario del conflictivo Woody.