“¿Por qué no hacemos nosotros el Camino de Santiago?”. Esta simple pregunta que le hizo Rubén Zulueta a José Ignacio Fernández supuso el nacimiento de la Asociación CaMinus.

Ellos no lo sabían entonces, pero habían plantado en 2019 la semilla de un fenómeno social que hoy se ha convertido en toda una referencia a la hora de apoyar la investigación de enfermedades raras, mejorar la accesibilidad para personas de movilidad reducida y convertirse en un espejo para personas que, como ellos, sufren una enfermedad degenerativa que no tiene que ser un obstáculo para seguir disfrutando de aquello que les apasiona.

Tras cumplir aquel reto de recorrer el Camino de Santiago en silla de ruedas –con la ayuda indispensable de Antonio González, la tercera pata de CaMinus como encargado de toda la parte logística y de apoyo en las rutas–, todo el cariño recibido y el dinero que consiguieron recaudar les hizo pensar que no podían quedarse ahí y han seguido encadenando proyectos –el último, este mismo año, la vuelta a Euskal Herria– hasta convertirse en embajadores universales de la accesibilidad.

Todo el dinero que han recaudado se destina a la investigación médica

Rubén y José Ignacio, que padecen una enfermedad degenerativa que les obliga a moverse en silla de ruedas, se conocieron durante unas vacaciones y entablaron una amistad que se extendió a sus familias. De ahí, sus allegados se organizaron para hacer el Camino de Santiago y ellos dos fueron a visitarlos un día cuando llegaban a Burgos. Y, durante la comida, les picó el gusanillo.

“¿Por qué nosotros no podemos hacerlo?”. Muchos dudaron de su capacidad y no fueron pocos los obstáculos que se encontraron antes de iniciar un recorrido que para nada fue sencillo y para el que tuvieron que recorrer muchos más kilómetros que los marcados por el tradicional Camino Francés que une Roncesvalles y Santiago.

En 2023 han completado la vuelta a Euskal Herria en silla de ruedas

Todo su viaje fue documentado, detallado al milímetro con los problemas de accesibilidad que se encontraron y también destacando los mejores lugares para las personas de movilidad reducida.

Y comenzó a desatarse una ola de apoyo emocional y económico –el dinero recaudado lo donan a la Fundación Isabel Gemio y se destina a la investigación de enfermedades raras– que les condujo a seguir diseñando rutas.

Primero fue el desierto de los Monegros; después la ruta mozárabe del Camino, que va desde Almería a Santiago; y en 2023 ha sido el turno de la primera vuelta a Euskal Herria en silla de ruedas, que fue un espectáculo por cada pueblo que pasaron recibiendo el cariño de todos sus habitantes y que tuvo su punto culminante con el recibimiento en la Plaza de la Virgen Blanca de Vitoria.

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En imágenes: Búscate en las fotos de la marcha CaMinus en Vitoria Alex Larretxi

Pero el fenómeno CaMinus no se queda ahí, pues también han organizado conciertos y marchas solidarios y están en plena gira de charlas por los centros educativos de Álava para concienciar a los jóvenes.

Una buena cantidad de dinero recaudado para la investigación es su logro material, pero el verdadero impacto lo han generado como ejemplo de superación.

Han conseguido visibilizar las enfermedades raras, mucho más comunes de lo que creemos, pero, sobre todo, han dejado claro que, con ilusión, esfuerzo y sacrificio, aquellos que padecen enfermedades de este tipo pueden seguir afrontando retos vitales si se lo proponen.