El Consejo de Ministros de hoy, el último antes de las vacaciones estivales, autorizó la entrada de la SEPI en el capital de Talgo mediante una ampliación de capital que llevará a la Sociedad Española de Participaciones Industriales a controlar el 7,8% de la compañía -45 millones de euros- y la suscripción de una emisión de deuda por 30 millones, con lo que su aportación total sumará 75 millones de euros. Se trata de la misma cantidad que inyectará el consorcio vasco mediante la fórmula de una emisión complementaria de obligaciones convertibles de Talgo dirigida a diversos inversores, entre ellos la sociedad Ekarpen, Clerbil (Sidenor), y las fundaciones BBK y Vital.

No obstante, en su comunicado ayer a la CNMV, en la que detallaba esta participación, la SEPI ha querido también proteger su papel, remarcando una serie de condiciones que  el nuevo proyecto de Talgo deberá cumplir para contar con su respaldo. Así, la SEPI exige que se ejecute la compra del 29,7% de las acciones de Talgo por el consorcio vasco al fondo de inversión Trilantic Europe -una operación acordada verbalmente en febrero-, pero incluye además dos nuevos requerimientos que atañen especialmente a los bancos acreedores de Talgo.

Por un lado, las entidades financieras de la empresa deberán aprobar una nueva estructura de endeudamiento integrada en dos tramos: financiación de 650 millones con vencimiento a 6 años y una línea de circulante de 120 millones con vencimiento a tres años, con extensión automática durante dos años más. Asimismo, de manera adicional, se concederá una nueva línea de avales por parte de las entidades financieras de 500 millones de euros para que la aportación de la SEPI se materialice. Se espera así que Talgo pueda afrontar el pago de su deuda, que supera los 400 millones de euros, así como el abono de la sanción de 116 millones de Renfe por retrasos en entregas, así como el plan industrial que requiere la empresa para hacer frente a pedidos que superan los 4.000 millones de euros.

“Esas fortalezas permiten sostener el plan de negocio que tiene previsto para los próximos años. Su ejecución será impulsada por un consorcio inversor de marcado perfil industrial y se verá facilitada por una reestructuración financiera que se ha proyectado para permitir acomodar el calendario de vencimientos y los recursos disponibles a la cartera de pedidos ya contratada”, aduce en su misiva a la CNMV la SEPI, para la que la inversión toma “especialmente” en cuenta el conjunto de tecnologías y capacidades industriales con que cuenta Talgo, “haciendo de esta compañía un actor clave para la movilidad ferroviaria en España”.

De esta forma, la aportación de la SEPI se traducirá en 45 millones de euros a través de una ampliación de capital de Talgo, así como en otros 30 millones de euros mediante un préstamo convertible en acciones. La ampliación se desarrollará con exclusión del derecho de suscripción preferente mediante la emisión y puesta en circulación de un máximo de 10.588.235 acciones de 0,301 euros de valor nominal cada una de ellas, de la misma clase y serie que las actualmente en circulación y a un tipo de emisión de 4,25 euros por acción, lo que equivale a un porcentaje accionarial de 7,87% sobre el capital social ampliado. Como la entrada de la SEPI se produce con la justificación de que sea en las mismas condiciones que el consorcio vasco, eso implica que el precio de la acción que se acordó con Trilantic para la compra de su paquete accionarial (4,15 euros por acción) deba elevarse ahora a 4,25 euros. En cualquier caso, la acción de Talgo está ahora a niveles más bajos, y hoy cerró en el entorno de los 3 euros, lejos de los 4,3 de febrero.

La formulación concreta de la entrada de la SEPI en la operación de Talgo llega dos semanas después de la reunión en Moncloa entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el lehendakari, Imanol Pradales. Tras conocer la noticia, el consejero de Industria, Mikel Jauregi, señaló que el Ejecutivo vasco valora “positivamente” que la SEPI “haya aceptado la invitación de Talgo para reforzar su estructura financiera” mediante una ampliación de capital y emisión de obligaciones convertibles en acciones. Asimismo, Jauregi confirmó que el consorcio vasco, formado por Sidenor, Gobierno vasco y las fundaciones BBK y Vital, “muestra su disposición para emitir, junto con otros inversores, obligaciones convertibles en acciones por valor de 75 millones de euros adicionales”. 

“El hecho de reforzar los fondos propios de Talgo constituye un paso imprescindible para lograr la financiación necesaria que permita reforzar y expandir la capacidad industrial de la empresa”, indicó el consejero en un comunicado. Asimismo, señaló que, con las medidas adoptadas, “se están dando pasos firmes y decisivos para el arraigo y futuro desarrollo industrial de Talgo, y para garantizar los miles de puestos de trabajo directos e indirectos que genera esta empresa. Es, por tanto, una buena noticia para los trabajadores, para la propia empresa y para nuestro país”.