El lehendakari, Imanol Pradales, confirmó hoy, a la conclusión de la Comisión Bilateral, el acuerdo alcanzado para que la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) participe en la operación Talgo. Pradales anunció que el Gobierno vasco y el central “han encauzado la participación de la SEPI para hacer viable la operación del consorcio vasco y mantener así la actividad y el empleo de Talgo en Euskadi”. El lehendakari se felicitó por el “compromiso firme” exhibido por ambas partes, pero aseguró que es tiempo de “trabajar con discreción”, razón por la que no quiso desvelar las condiciones de la operación.

Pradales indicó que “le corresponde al Gobierno español materializar en las próximas semanas” las condiciones en las que se cerrará la participación de Talgo, pero destacó que tener a la SEPI como “acompañante” en la operación permitirá a la empresa situarse en “condiciones financieras solventes”. A falta de confirmación definitiva sobre la forma en la que se articulará la participación de la SEPI, la tesis de las administraciones vascas es que el brazo inversor del Estado en sectores estratégicos inyecte 75 millones de euros en el préstamo participativo que, junto a la misma cantidad aportada por el consorcio vasco, permitirá afrontar la operación.

El futuro de Talgo era objeto de negociación desde el pasado mes de febrero, cuando el consorcio vasco que integran Sidenor, el fondo público Finkatuz y las fundaciones BBK y Vital anunció el acuerdo para la compra del 29,7% de las acciones del constructor ferroviario al fondo de inversión Trilantic por un valor de los 155 millones de euros. Las condiciones económicas pactadas en ese principio de acuerdo representaban una oferta con un precio hasta un máximo de 5 euros por acción, con un primer tramo fijo de precio por acción de 4,15 euros y un segundo tramo variable de precio por título accionarial de 0,85 euros.

Pero desde entonces se sucedieron las complicaciones. Por un lado, la multa de 116 millones de euros que Renfe impuso a Talgo por retrasos en las entregas de sus unidades Avril. Por otra parte, está presente el problema que representa la deuda de Talgo, puesto que supera en total los 400 millones de euros, de los cuales algo más de 300 tienen la necesidad de ser devueltos antes del año 2027. El préstamo participativo permitiría afrontar la refinanciación de la deuda que mantiene el constructor ferroviario.

Otro de los acuerdos alcanzados ayer en la Comisión Bilateral hace mención al compromiso adoptado por parte del Gobierno español de “asumir un calendario de inversiones en redes eléctricas que permita dar respuesta a las necesidades planteadas por la industria vasca”, tal y como expresó el lehendakari.

De esta manera, la nueva planificación eléctrica “priorizará las necesidades de la industria” frente a otros proyectos, indicó Pradales, que también señaló que “se aumentarán los límites máximos de inversión en redes eléctricas alineadas con las nuevas demandas industriales”.