- Será dentro de una semana cuando se conozca el daño real que ha generado el coronavirus en el empleo tras mes y medio de confinamiento. Lo que hay por ahora son datos limitados al cierre de marzo, por lo que solo se puede estimar un primer impacto sobre el mercado de trabajo. La encuesta publicada ayer por el INE recoge una pérdida en España de cerca de 300.000 trabajadores en todo el primer trimestre, un retroceso concentrado en las dos últimas semanas de marzo. Mucho más suave es el dato en Euskadi, que destruye solo 3.300 puestos de trabajo incluso logra reducir el número de parados, un balance edulcorado por el periodo previo a la crisis sanitaria y que para nada refleja los efectos de la pandemia.
Euskadi es uno de los territorios que mejor nota obtiene en la Encuesta de Población Activa (EPA) conocida ayer, aunque los datos incluyen mucha letra pequeña. Primero porque la mayor parte de las llamadas realizadas para elaborar la encuesta se hicieron en un contexto económico que nada tiene que ver con el actual. Además, la amplia mayoría de los entrevistados incluidos en un ERTE, cerca de 120.000 en Euskadi solo en las dos últimas semanas de marzo (la cifra a día de hoy ya supera los 180.000), cuentan como trabajadores ocupados en la estadística. Es cierto que este grupo no ha perdido su puesto ya que su contrato está solo suspendido de forma temporal, pero su continuidad una vez regrese la normalidad económica tampoco está garantizada.
Los propios técnicos del INE añaden una reserva más. Muchos trabajadores que perdieron su empleo en los últimos días de marzo aparecen en la encuesta como población inactiva (quienes por edad, incapacidad u otras razones no pueden trabajar) debido a que no han podido a causa del parón económico realizar las gestiones de búsqueda de empleo que exige la encuesta para figurar como parado. Es decir, serían desempleados disfrazados de inactivos. En definitiva, la EPA aporta algunas claves de hacia dónde se mueve el mercado laboral, pero los datos incluyen un amplio margen de error.
En cuanto a los empleos perdidos entre enero y marzo, el dato conocido ayer sí encaja con el cálculo previo de Eustat, que estimó 3.500 puestos menos. Tanto el INE como Eustat arrojan balances de ocupación trimestrales bastante menos malos de lo que reflejan las cifras de afiliación a la Seguridad Social en la CAV, si bien será en los próximos meses cuando se pueda empezar a intuir hasta dónde llega el destrozo del coronavirus. Por sectores hay que destacar que la construcción vasca mantiene de momento la buena línea sumando casi 4.000 nuevos empleos, mientras el sector primario también recupera trabajadores. En cambio, los servicios y en especial la industria se resienten.
En cuanto a la evolución del paro, Euskadi cierra el trimestre con una bajada de 4.500 afectados y una tasa inferior al 9%, sin duda el dato que más sorprende teniendo en cuenta la situación actual. El dato se corresponde más con el contexto previo a la crisis sanitaria, y en ese sentido, confirma que la economía vasca caminaba en la buena dirección. La CAV es la comunidad autónoma donde más baja el paro en el primer trimestre, con Navarra también entre los territorios con mejor resultado. Con todos los condicionantes que obligan a tomar estos datos con prudencia, sí puede decirse que Euskadi ha entrado en esta crisis en una posición de cierta fortaleza en relación a las economías más dependientes de la hostelería y el turismo en general (Baleares casi duplica el número de parados en apenas tres meses). Hay que recordar que son este tipo de actividades más estacionales las que más van a sufrir por el virus, mientras la industria, sobre todo las grandes fábricas, cuentan con mecanismos de flexibilidad para resistir al menos por un tiempo.
En España el paro creció en 121.000 personas hasta 3,3 millones con una pérdida de 285.600 empleos, el peor balance trimestral desde la parte final de la pasada crisis en 2013. El paro superó el 14%, aunque hay comunidades como Andalucía o Extremadura por encima del 20%. El INE contabiliza a cierre de marzo casi 600.000 trabajadores en ERTE, aunque a estas alturas la cifra supera los 4 millones.