Pamplona- La crisis del coronavirus ha hecho saltar todas las alarmas en el sector industrial navarro, que representa cerca del 30% del PIB y casi uno de cada cuatro puestos de trabajo. Volkswagen Navarra, que ha decidido solicitar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo ante el riesgo de quedarse sin suministros, añadió ayer si cabe algo más de incertidumbre y aplazó, en principio a hoy, la firma del acuerdo a petición del UGT ante la existencia de "cuestiones prioritarias" que era necesario atender.
La restricción de movimientos aplicada en el norte de Italia para contener la epidemia afecta no solo a Volkswagen Navarra, sino a buena parte de las cadenas de valor de los sectores industriales. En esta zona, de más de 16 millones de habitantes -más que Catalunya, Aragón, Navarra, La Rioja y la Comunidad Autónoma Vasca juntas- se ubican cientos de empresas proveedoras que venden por todo el continente y a muy distintos sectores de actividad. Las fábricas que suministran a Volkswagen Navarra desde Italia trabajan en estos momentos con cierta normalidad "y el transporte también está funcionando con normalidad", explicaba ayer Alfredo Morales, presidente del comité de empresa (UGT), quien señalaba que la situación requiere de "un seguimiento cada día o cada hora para ver cómo evoluciona".
Morales recordó que las condiciones del ERTE se encuentran ya pactadas con la mayoría sindical que representan UGT y CCOO, y que son muy similares a las que se aplicaron debido a la falta de motores como consecuencia de la crisis del diésel. De este modo, Volkswagen complementará en un 100% el salario y la antigüedad de los trabajadores, mientras que el resto de los pluses quedarán en un 70%. En este caso, y ante el elevado grado de incertidumbre que genera la enfermedad, el ERTE sería abierto hasta finales de año, de tal modo que la empresa pudiera activarlo en caso de ausencia de suministros.
transporte El asunto crítico es ahora mismo el modo en que se gestiona el transporte de las piezas desde Italia hasta Landaben. De momento, las restricciones introducidas ayer no prohíben viajar si existen razones comerciales comprobadas. "A menos que estén sujetos a cuarentena o hayan dado positivo por el virus, los trabajadores transfronterizos podrán entrar y salir de los territorios en cuestión para llegar a sus trabajos y regresar a sus hogares", explicaban ayer desde el sector del transporte, especialmente atento a las directrices que marcan los distintos gobiernos nacionales.
Así, de momento las mercancías pueden entrar y salir de los territorios italianos más afectados con normalidad, aunque entre los conductores crece el miedo a entrar en zonas de riesgo. "Deben limitar sus movimientos a las necesidades de entrega o recogida de las mercancías", explicaban desde el sector.
Más allá de las restricciones al movimiento y a la concentración de personas, el objetivo de los principales gobiernos europeos sería mantener activos una serie de corredores de mercancías que permitan que las fábricas sigan trabajando con normalidad. Un paro completo, aunque fuera de unas semanas, significaría la inmediata entrada de la Zona Euro en recesión. Junto a ello, el sector del auto teme asimismo la llegada de los primeros contagios a sus plantillas, algo que en absoluto es descartable en los próximos días y semanas y que obligaría también a actuar para proteger la salud del resto de los trabajadores.