madrid. El Banco Santander ha recortado un 51% el beneficio del primer semestre, hasta 1.704 millones, después de dotar 2.780 millones a sanear su exposición al riesgo inmobiliario y anuncia que ajustará los sueldos de los consejeros en un 20% y de los directivos en un 30%.

La entidad, que según confirmó ayer el consejero delegado, Alfredo Sáenz, mantendrá su política de dividendos pese a la actual coyuntura económica, ha cubierto ya más del 70% de la nueva normativa de riesgo inmobiliario aprobada por el Gobierno. En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el banco explicó que de los 1.404 millones de beneficio ordinario obtenido en el segundo trimestre, 1.304 se destinaron a provisiones para la cobertura del riesgo inmobiliario, con lo que el resultado contable ha sido solo de 100 millones. La aplicación de las dos reformas aprobadas por el Ejecutivo implica para la entidad unas necesidades adicionales de 8.800 millones brutos, de las que parte se cubren con capital. El banco ya realizó provisiones por importe de 1.800 millones con cargo a las cuentas de 2011 y ahora, en el segundo trimestre, ha dotado 2.780 millones.

Alfredo Sáenz, estimó que en diciembre, tras dotar el 100% de las provisiones, este asunto será "agua pasada". Además, prevé que a finales de año, la cartera inmobiliaria del banco estará cubierta al 50%.